Para los padres, cada vez que los niños les responden con argumentos o preguntas cuestionando sus instrucciones o regaños, es un motivo para reprenderlos. Porque dentro de los parámetros de la disciplina, el respeto a los padres es un deber y en eso estamos todos de acuerdo.
Pero es necesario tener un poco de flexibilidad porque antes de catalogarlos como malcriados hay una razón por la que los pequeños son tan ocurrentes y críticos. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Virginia, la actitud de los pequeños al responderle a sus papás es un indicio de que se conviertan en adultos exitosos.
Joseph P. Allen es un psicólogo que dirigió el estudio y afirma que “Le decimos a los padres que no deben percibir estos argumentos como una molestia sino como un campo de entrenamiento crítico. Cuando los niños contradicen a sus padres ellos están desarrollando la capacidad de ejercer cierto control de su vida y eso es muy importante para que como adultos puedan desarrollar la toma de decisiones y resolución de problemas.
Cuando un niño logra tener la capacidad de decir “no” comienza a ser más independiente y comienzan a prevalecer aquellas habilidades para hacer frente a las presiones del grupo que puedan presentarse durante su adolescencia y su vida adulta, como por ejemplo decir “no” a las influencias negativas, fumar, consumir drogas, trastornos de alimentación, trastornos de autoestima o inicio de la sexualidad.
Para eso es vital que los padres sean receptivos y cultiven en los niños las habilidades de negociación. Entonces es favorable que los niños expresen su opinión incluso si contradice a sus padres que deben ejercer control para conservar el respeto, la tolerancia y la calma, es muy importante que sepan que tienen derecho a decir qué piensan, qué sienten, a pesar de que vaya en contra de lo que les decimos pero siempre con la condición de mantener el respeto como principio.
Desde muy pequeños determinamos lo que seremos en la vida adulta. Es indispensable procurar que los niños refuercen ese tipo de actitudes positivas para garantizar que sea plenamente capaz de controlar su vida y convertir en realidad sus sueños. La psicóloga clínica Kelly M. Flanagan asegura que una de las causas más comunes e insidiosas de sufrimiento humano es la incapacidad para decir “no”.
Es mejor que los niños aprendan a negociar con sus padres antes de que se dejen llevar por lo que “todo el mundo hace”, si ellos siguen ciegamente las instrucciones autoritarias de los padres esto será muy difícil. Ellos siempre van a contradecir, a discutir o a preguntar porque es su naturaleza como niños, pero depende de los adultos cómo lo hacen y cómo les responden.
Es parte del rol de los padres enseñar a los niños desde su ejemplo a tener una comunicación apropiada y ayudarles a comprender y asumir con responsabilidad las consecuencias de sus acciones.
Lamentablemente no siempre los padres reconocen esto a tiempo, generalmente ocurre muchos años después pero los niños son personas independientes, con pensamientos propios, sentimientos e ideas y tienen derecho a expresarlos y aunque es responsabilidad de los padres acompañarlos y orientarlos el viaje sigue siendo de ellos.
Lo más importante es procurar que tengan una infancia de la que no tengan que recuperarse cuando sean adultos, es una información muy útil e interesante.
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