«El perro es el mejor amigo del hombre» es una frase antiquísima y verás que tiene mucha razón. Esta historia te conmoverá hasta los huesos. Mason es seguramente el perro más valiente y dulce de la historia.
Ten cuidado, porque esta carta escrita por su dueña con el corazón roto te podría hacer llorar, sus palabras son tan tristes como hermosas… Tienes que leerlo tú mismo. 🙁
Os presento a Steve Mason, el perro más increíble que he conocido y mi mejor amigo durante los últimos 16 años. Y esta es la historia de cómo murió salvando mi vida por última vez.
Steve Mason, «Mason» para los amigos, era un cruce de Husky, Labrador y Rottweiler con orejas incríblemente esponjosas y unas marcas en la cara que hacían que pareciera estar usando unas gafas al estilo de Harry Potter. Lo esogí de una camada de cachorritos porque, mientras lo otros jugaban escandalosa y tiernamente, él era el único que se detuvo a oler las flores. ♥
Su especial forma de levantar las orejitas me hacía mantener el paso y la vitalidad. Ya fuera en la cima de una montaña o en el transcurso de esos días tristes (qué ridículo, pienso ahora).
Estaba obsesionado con cortar ramitas y destrozar cualquier pedazo de cartón que pudiese encontrar. Era extremadamente meticuloso y varias aspiradoras murieron intentando limpiar sus desórdenes.
Mason era mi mejor amigo y el compañero favorito de mi hermano. Era el mejor compañero de viaje de todos. Y cada vez que veía a mi hermano, trataba de brincar en sus brazos como un cachorrito. ♥
Todos los que le conocieron decían que era un perro singular, y muchos decían con honestidad que él era el ser más agradable que habían conocido jamás.
Durante los dos últimos años, su edad comenzaba a mostrarse. Su oído y vista le abandonaron lentamente, junto con su sentido de la estabilidad. 🙁
Esperaba que muriera en cualquier momento, mientras dormía o en algún paseo…
Mi peor temor era que se hiciera tan viejo y débil que tuviéramos que «dormirlo». Honestamente, no creía que podría ser capaz de tener una relación similar con ningún otro perro. Era demasiado especial…
Pero se mantuvo en pie, negándose a hacerlo todo fácil. Se movía más lento, no podría llegar tan lejos como antes, pero nunca pareció importarle.
Este invierno quería embarcarme con él en tantas aventuras como fuera posible, sabiendo que nuestros días juntos podrían estar contados. El cinco de marzo él y yo, junto con los tres perros más jóvenes de la familia, salimos a dar un paseo alrededor de nuestra propiedad. Se suponía que sería rápido, porque tenía que ir al trabajo después.
Estábamos como a un kilómetro de casa, en nuestro trineo de nieve, cuando noté que una figura nos seguía. Inmediatamente lo reconocí, era un lobo. No había visto un lobo en el valle desde hacía más de quince años, pero los lobos son tímidos y usualmente se esconden de los humanos, especialmente uno con perros. Tratando de ser respetuosa, nos dirigimos hacia la casa, pensando que le habíamos dado al lobo suficiente espacio para escapar y así no pensar más al respecto.
Pocos minutos después, los perros más jóvenes comenzaron a ladrar y me volví para ver a una loba parada a escasos dos metros de nosotros. Era enorme, su hombro me llegaría a la cadera. Lucía asustada pero con determinación, y más que nada, lucía HAMBRIENTA. Estábamos en problemas.
Atacó y pasamos los siguientes veinte minutos tratando de librarnos de ella. Yo la golpeaba con mis bastones de esquí mientras los perros mordían intentando evitar sus agudos dientes. Estaba débil pero era una buena luchadora.
Mason y yo terminamos peleando lado a lado. La loba seguía mirándome justo a los ojos, pero estaba claro que sus presas eran los perros. Finalmente logró agarrar al perro más pequeño con su hocico y Mason ladró fuertemente. De pronto, mi adorable viejito lucía enorme, más grande de lo que nunca lo había visto. Le arrebató al cachorro, pero la loba tomó a Mason por la garganta, todo en un sólo segundo. Nunca había gritado tan fuerte en mi vida, cada fibra de mi ser me decía que la matara, que atravesara su ojo o cortara su garganta si podía. Pero me habría matado a mi también, y además había otros tres perritos que tenía que sacar de ahí. Era demasiado tarde de todos modos… Él ya estaba muerto y ella lo estaba devorando.
Ésta es la loba. Unos guardabosques tomaron esta fotografía al día siguiente, cerca de la estación donde había aparecido anteriormente. A pesar de todo lo que quería en ese momento era matarla, ella es realmente una de las más hermosas criaturas que he visto nunca. Y ahora que está hecho, no guardo odio alguno hacia ella. Estaba hambrienta e hizo lo necesario para sobrevivir. Creo que se enroló en la batalla sabiendo que ella podría ser la que resultara muerta, y simplemente tuvo la suerte de tomar a Mason primero. Sólo espero que abandone el valle lo antes posible.
Extraño a Mason con un enorme hueco en el pecho. A pesar de que sé bien que no podría haber hecho nada más, no logro escapar de la idea de que le fallé al no salvarlo. Pero muchos perros mueren a los 16 años al lado de una fogata, lenta y dolorosamente por la vejez. Mason abandonó este mundo como todo un héroe, salvando mi vida y las vidas de tres perros más pequeños. ÉL era mi cachorrito, mi «grisly», mi hermano, mi amigo, y murió como vivió: Como mi héroe.
Te amo, compañero.
Hasta pronto. ♥
Imgur
Es difícil mantener los ojos secos con esta historia… Los perros son seres nobles y amorosos que darían la vida con tal de proteger a sus seres queridos. Extrañaremos mucho a este peludo héroe. 🙁
Comparte la conmovedora historia de Mason con tus amigos, ¡Todo héroe merece ser recordado!