Pablo Ráez falleció el 24 de febrero de 2017 tras perder la batalla contra la leucemia en una lucha que siguieron millones de personas a través de sus publicaciones.
Aunque han pasado dos años de la muerte de Pablo, su legado permanece intacto, la campaña que emprendió para conseguir un millón de donaciones de médula sigue dando frutos.
Con su lema “Siempre fuerte” inspiró a muchos pacientes de enfermedades graves a enfrentar las adversidades con esperanza y una sonrisa en el rostro. En 2016 Pablo publicó en sus redes un vídeo en el que relataba que recibía finalmente el alta médica después de una ardua lucha para combatir la leucemia.
Tras sufrir una recaída publicó cómo su novia, Andrea Rodríguez, le rapó el cabello ante los efectos del tratamiento que causan su caída.
Ella lo acompañó hasta su último suspiro, su historia le demostró al mundo que el amor verdadero no tiene condiciones, tras la pérdida de Pablo, Andrea publicó un libro titulado: “Cuando nos volvamos a encontrar” en el que habla sobre el camino que transitaron durante la batalla de Pablo.
El último mensaje que publicó Pablo Ráez para motivar a sus seguidores sigue presente.
“Admito que es un momento duro, dan ganas de tirar la toalla, de dejar de sufrir, de descansar de una vez…pero no me rindo, sigo y seguiré luchando, día tras día hasta que llegue mi día, sea mañana o en 70 años.
Disfrutemos cada día que es único, de verdad, empiezo a valorar las cosas de una manera increíble y de verdad que la vida sabe mejor así.
Amen todo lo que forma parte de la vida, disfruten de todo lo que forma parte de la vida, no se arrepentirán. Seguimos en el camino y cargados de fuerza.
Ánimo a todas las personas que estén en una dura batalla, ánimo a todas las familias que estén pasando una dura batalla, ánimo a los que hayan perdido a un ser querido, todo pasará y todo llegará.
La muerte forma parte de la vida por lo que no hay que temerla sino amarla”, concluyó Pablo.
En otra de sus publicaciones dijo: “La vida es eso que está pasando mientras quieras darte cuenta, vívela de corazón”.
No es necesario que estemos pasando por un momento difícil o combatiendo contra una enfermedad para aprender a agradecer por los pequeños regalos de la vida y disfrutar a plenitud cada segundo a pesar de que existan situaciones dolorosas. Cada experiencia es una oportunidad de crecer y aprender.
Comparte con tus seres queridos una de las lecciones más valiosas de Pablo, un valiente luchador que jamás olvidaremos.