Una estación de servicio en el estado de Florida se convirtió en una sala de parto de emergencia cuando un gineco obstetra que se detuvo a llenar el tanque de combustible de su vehículo terminó recibiendo mucho más que eso.
Un hombre frenético se aproximó al joven doctor, quien usaba los tradicionales “Scrubs,” el uniforme típico de los empleados del área de salud.
El hombre solo notó la vestimenta del doctor y por eso se aproximó a buscar ayuda para su esposa quien estaba a punto de dar a luz.
Se podrán imaginar la sorpresa de este futuro padre cuando el hombre que casualmente se se detuvo a colocar gasolina en la misma estación de servicio donde su esposa estaba a punto de dar a luz era un médico.
Y no cualquier tipo de médico, Javier Soto, de 44 años, es un especialista gineco obstetra, el tipo de médico especializado en partos que podía traer al mundo a su bebé sano y salvo.
La mujer esperaba en la parte trasera de una camioneta pick up acompañada por un amigo de la pareja que conducía el vehículo.
El grupo acababa de aparcar y el esposo saltó fuera del vehículo tratando de encontrar ayuda cuando vió al Dr. Soto.
”¡Oh por Dios! ¿Qué voy a hacer?”
Era lo que el esposo desesperado decía a su teléfono justo antes de notar al Dr. Soto, quien llenaba el tanque de combustible, vestido en su uniforme de estaba camino al hospital.
El Dr. Soto iba a recibir el bebé de una paciente en el Hospital Rockledge Regional Medical Center, a 15 minutos de distancia.
”¿Es usted un profesional de la salud?
Fue todo lo que el hombre le pudo decir al Dr. Soto quién respondió que sí con ciertas reservas pues no sabía que tipo de emergencia tendría que enfrentar.
Aún así corrió junto con el hombre hacia su camioneta para abrir la puerta trasera y descubrir a una mujer en labor de parto sentada en el vehículo.
Al principio el Dr. Soto se sorprendió de que la corona de la cabeza del bebé ya se encontraba visible.
Y en un giro muy inesperado del destino, la mujer había sido paciente del Dr. Soto hasta que tuvo que cambiar de médico; debido a políticas de su seguro médico.
”Podía esperar la ambulancia o proseguir con el parto pero no sabía en qué condiciones estaba el bebé así que decidí traer al bebé.”
Soto le pidió al futuro padre que corriera a buscar tijeras y guantes de la tienda de la estación de servicio, mientras que el amigo conductor entregó las agujetas de sus zapatillas.
Alistado con guantes para preparar comida el Dr. le dijo a la señora que pujara con la siguiente contracción. En solo dos intentos su pequeño y sano bebé varón había nacido.
El Dr. secó y masajeó al bebé hasta que lloró, usó el cordón del zapato para atar el cordón umbilical y lo cortó.
El Dr. estaba muy agradecido de que todo salió bien y se aseguró que la familia tenía un ángel cuidándolos pues fue un parto sorprendentemente rápido.
La ambulancia llegó y los llevó a todos al hospital. El Dr. Soto terminó de llenar su tanque y arribó unos minutos después.
Terminó de realizar los procedimientos postparto y luego procedió a recibir al bebé que iba en camino al hospital.
Ese día especialmente el Dr. Soto se encontraba un poco cabizbajo por ser el aniversario de la muerte de su madre.
Por eso estaba convencido de que Dios le había puesto allí por una razón.
Esta es una de esas historias que nos dejan sin aliento, un hombre en el lugar correcto en el momento correcto. ¿Coincidencia, o algo más?
Comparte la asombrosa llegada al mundo de este bebé que fue maravillosa a pesar de los pronósticos.