Muchos de nosotros de seguro hemos soñado de niños con ser astronautas. La idea de ver a la Tierra desde el espacio, pisar la luna o conocer nuevos planetas en el futuro, es un viaje imaginario que a muchas personas seduce, sin contemplar lo que realmente ocurre con el cuerpo humano cuando está sometido a la fuerza antigravitacional.
Un buen ejemplo de este sorprendente cambio es el astronauta A.J. Drew Feustel, un hombre que trabajó en la Estación Espacial Internacional por 197 días y que regresó a la tierra luego de su incursión a finales del año pasado.
Feustel tiene 56 años de edad y, como si se tratara de un niño pequeño, actualmente se encuentra en rehabilitación para aprender a caminar de nuevo. Durante más de seis meses estuvo “literalmente” flotando en la Estación, movilizándose sin inconvenientes, haciendo un uso casi nulo de sus piernas.
El astronauta, junto a otras dos personas, forma parte de la tripulación del Soyuz MS-09, y reconoce que el regreso a la Tierra conlleva enormes alegrías, en especial por el reencuentro con la familia, pero también requiere de una adaptación física muy dura.
Welcome home #SoyuzMS09 ! On October 5th this is what I looked like walking heel-toe eyes closed after 197 days on @Space_Station during the Field Test experiment…I hope the newly returned crew feels a lot better. Video credit @IndiraFeustel pic.twitter.com/KsFuJgoYXh
— A.J. (Drew) Feustel (@Astro_Feustel) December 20, 2018
Una de las cosas que Feustel debe enfrentar es el hecho de volver a caminar normalmente. En el video del astronauta que se hizo viral, lo podemos ver con un arnés y acompañado de un equipo de personas que están ahí para brindarle apoyo y orientación en su rehabilitación.
En principio Feustel da los primeros pasos con mucho titubeo, especialmente porque se le hace sumamente difícil mantener el equilibrio, así como trasladarse en línea recta. El astronauta se balancea hacia los lados, con los brazos cruzados sobre el pecho, tratando de fortalecer de nuevo su noción del espacio aquí, en La Tierra, con la fuerza de gravedad de por medio.
Esta es solo una de las repercusiones que tiene sobre el cuerpo humano el someterse a la antigravedad que caracteriza al espacio. Por años, la NASA y otros organismos similares han estado tratando de reducir las repercusiones negativas sobre la salud de un astronauta que permanece en órbita durante cierta cantidad de tiempo.
Feustel, justo a sus otros compañeros rusos, estuvieron orbitando alrededor de la tierra por casi 200 días y le dieron la vuelta al planeta más de 3.100 veces. Dicho así, suena a que fue un viaje verdaderamente emocionante por el que ha valido la pena cualquier sacrificio.
Si te sorprendió este caso compártelo en tus redes, nadie imagina lo que hay detrás de un viaje al espacio.