Uno de los momentos más esperados para toda pareja enamorada es poder casarse y pasar miles de momentos felices como una familia. No obstante, muchas veces la vida tiene sus propios planes e impide a los enamorados poder vivir muchos años juntos.
Pero para dos adolescentes no hubo nada que pudiera evitar cumplir su sueño: casarse pese a todas las pruebas que la vida les pusiera. Chase Smith y Sadie Mills se casaron el pasado 29 de abril.
Celebraron la boda días después de que los médicos le dieran un diagnóstico fatal al joven, sobre su batalla contra la enfermedad conocida como el Sarcoma de Ewing, un tumor extremadamente raro y mortal.
Chase es un estudiante de último año de secundaria que ha estado luchando contra un tipo raro de cáncer, desde que tenía 12 años de edad, y no tuvo ninguna duda de lo que quería hacer, después de que sus médicos le dijeron que solo viviría de 3 a 5 meses más.
Le propuso matrimonio a su hermosa novia Sadie
Sadie aceptó felizmente casarse con el amor de su vida y, para el gran momento, eligieron el sitio donde comenzó su historia: la entrada de la casa de los padres de Sadie, donde se dieron su primer beso.
“En general, fue el mejor día de mi vida. Siempre quise una boda al aire libre; a Chase se le ocurrió la idea de poner el altar justo donde tuvimos nuestra primera cita y primer beso, eso significó mucho para mí”, señaló la joven.
La boda de los jóvenes de 18 años fue algo con lo que habían soñado durante bastante tiempo. Su plan era graduarse de la escuela secundaria, asistir a la universidad juntos, donde esperaban continuar sus carreras de natación y buceo, y finalmente casarse.
Pero, en el mes de marzo, los médicos descubrieron que todo el cuerpo de Chase había sido invadido por tumores, incluido el cráneo, el revestimiento líquido del cerebro, el hombro, el pulmón y la cadera.
En cuatro días, la pareja habló con sus padres y lograron planear una memorable boda. En su gran día, Sadie llevaba un elegante vestido blanco mientras caminaba hacia su novio, quien portaba un traje azul marino. La emoción fue tanta que Chase no pudo evitar llorar.
“Estaba tan emocionado de verla porque no la había visto en todo el día. Fue como un golpe en el pecho de la emoción”, señaló Chase.
Los jóvenes confían en que, pese al fatal pronóstico, un milagro suceda y puedan vivir muchos años disfrutando de su amor.
Por lo pronto, Chase sabe que cuenta con su incondicional esposa para aliviar su intenso dolor y mantenerse motivado cuando más lo necesita.
“Ella calma mis temores… cuando estoy pasando por un mal momento con mi diagnóstico o tengo dolor o mucha ansiedad, ella es la única persona a la que puedo acudir”, dijo Chase.
No cabe duda de que el amor es la fuerza más sublime del mundo, que puede impulsarnos a seguir adelante en los momentos más difíciles.
No te vayas sin compartir esta hermosa historia que nos conmueve el corazón y nunca dejes de celebrar el amor.