Cuando nace un niño, sus padres solo sueñan con tenerlo en sus brazos y darle todo su amor. Pero a veces nace con enfermedades que ponen en peligro su vida. Como un pequeño en Argentina, la leucemia y el COVID-19 lo acecharon y su cuerpecito hacia todo lo que podía por sobrevivir.
Brian Alvarengo y Evelyn son una pareja que vivían en Ushuaia, Tierra del Fuego junto a su hija Agostina y Olga, la abuela. Y un día vino a engrandecer a la familia el pequeño Miqueas Lionel, pero pronto los médicos se dieron cuenta de que algo no estaba bien.
Remitieron a Miqueas al Sanatorio Güemes para efectuarle una punción medular, y a los pocos días los resultaron llegaron, el chiquillo fue diagnosticado con leucemia mieloide aguda.
La dura noticia cayó como un balde de agua fría para la familia, pero se unieron en el amor que sienten por Miqueas para hacer todo lo que fuese necesario para salvarlo.
“En un control pediátrico, nos dijeron que Miqueas presentaba tres valores en sangre que no eran normales”, dijo el amoroso padre.
Por esa razón, la familia tuvo que trasladarse hacia Buenos Aires para buscar una mejor atención médica para el niño. Fue ingresado varias veces en el hospital para ser sometido a cinco ciclos de quimioterapia, uno por cada mes; y aunque salió bien de ellas, hubo algunas recaídas.
Pero era necesario que recibiera un trasplante de medula ósea, Miqueas tenía afectados los glóbulos blancos y las plaquetas y el proceso de búsqueda comenzó de inmediato. No se trata de un asunto sencillo, porque más de allá de conseguir el donante, debe haber una alta compatibilidad con el receptor para que sea un éxito.
“Recuerdo cuando me llamaron y me comunicaron una de las novedades más lindas de mi vida. ‘¡Buenas noticias! ¡Salió una persona en Alemania cuya compatibilidad es 10 de 10 para el trasplante de médula!’”, explicó el emocionado progenitor.
Para colmo el niño había contraído neumonía y mucositis, las quimioterapias debilitaron sus defensas y eso hizo que sus pulmones se afectaran, contrajo una cardiopatía y le diagnosticaron coronavirus. Pero Miqueas fue fuerte y se sobrepuso a todo eso, y su padre decidió convertirse en un donante de médula por agradecimiento.
“Siento que es una forma de devolver algo de todo lo que recibí por Miqueas. Lo hice de corazón”, aseguró el agradecido hombre.
Esperemos que muchas familias que estén pasando momentos difíciles con su salud o la de algún familiar, obtengan los recursos y la atención oportuna sin dejar de perder nunca la esperanza.
Comparte esta emotiva historia que nos demuestra que sí existen los milagros.