Juan Andrés Figueroa Ojeda, es un adorable niño de 7 años que vive en el corregimiento de Bruselas, Hulia, en Colombia, una zona fuera de la ciudad con carreteras a las que no les han hecho ningún mantenimiento desde hace algún tiempo.
A pesar de que Juan tiene muy poca edad se ha dado cuenta del mal estado en el que se encuentran las vías terrestres que usan los residentes del lugar para poder trasladarse otras localidades, entre ellos su papá.
Es evidente que el pequeño Juan ha escuchado de los adultos el peligro que implica circular por esas carreteras, y estos comentarios han llenado su mente y su corazón de una significativa preocupación por la vida de todos, pero especialmente por la de su padre.
Siguiendo lo que le decía su corazón, Juan decidió escribir una emotiva carta dirigida a un destinatario muy especial. El pequeño le escribió una carta a Dios con una sentida petición.
“Dios, te pido que entres al corazón del presidente Duque”, decía la carta de Juan dirigida a Dios.
Realmente la inocencia que caracteriza a los niños es algo que no deberíamos perder, pero lamentablemente son muchos los juicios que los adultos van inculcando a los más pequeños de la casa.
A pesar de que Juan es pequeño, siempre ha estado muy atento a las cosas que pasan a su alrededor, lo que nos recuerda que no debemos subestimar la capacidad de los niños.
Su padre trabaja fuera de la localidad donde viven y para llegar debe recorrer una carretera que está en muy mal estado. Juan manifestó su temor al peligro al que constantemente es sometido su papá.
Este pequeño pidió desde lo más profundo de su corazón que Dios entrara en el corazón del presidente del país para que así él pudiera solucionar los problemas de varías vías terrestres del país.
Una vez terminada su carta, la amarró a un globo que soltó al aire con la esperanza de que su petición sea leída por su especial destinatario.
“Querido Dios, te pido que entres al corazón del presidente Duque y haz que arregle la ruta 45 y la vía a San Agustín y la vía Isnos y Popayán”, decía la carta que Juan le envió a Dios.
Sin saber, este pequeño estaba haciendo una denuncia que reclama desde la ingenuidad el respeto de uno de sus derechos como ciudadano.
A esta denuncia por el mal estado de las vías hecha por el inocente niño se sumaron otras que hicieron desde Barranquilla por una obra inconclusa de la empresa Triple A, y en San Zenón, en Magdalena, por una carretera que desaparece entre el fango.
Ayudemos a este pequeño, pongamos nuestro grano de arena para que su “destinatario” lea su carta y se ponga manos a la obra para cumplir su deseo.
No te quedes sin compartir esta carta a “Dios”, quien siempre escucha a los niños y hace realidad sus sueños.