Maria Otilia es una abuelita de 77 años que pasó gran parte de su vida trabajando en la industria textil y hoy en día ha logrado hacer historia con su nieto gracias a una innovadora empresa donde fabrican zapatos con un material muy particular.
Bernardo Carreira pasó un tiempo en Londres trabajando en una empresa de comunicaciones y después de unos años decidió regresar a Portugal para fundar 8000Kicks.
Cualquier joven iniciando un negocio así buscaría trabajar con reconocidos proveedores o marcas, pero Bernardo sabía muy bien con quién quería asociarse.
Su abuela Maria tenía muchísima experiencia y se dispuso a construir con su nieto algo que ha dejado a muchos boquiabiertos.
La marca ha llamado la atención del mundo entero gracias a la maravillosa idea de la abuelita de trabajar con cáñamo. Y también, por lo bonito de ver juntos en un proyecto a una abuelita y su nieto, quienes con mucha ilusión trabajan para aportar con su empresa un granito de arena a la preservación de nuestro planeta.
No sólo se trata de algo muy original sino que también significa un impacto muy positivo para el medio ambiente.
A diferencia del algodón, para cultivar el cáñamo se necesita cinco veces menos agua. La planta no requiere de ningún químico así que no resulta dañina para el ecosistema y además absorbe dióxido de carbono.
Estos atributos lo convierten en un producto ideal como materia prima que contribuya con el ambiente. Las zapatillas 8000Kicks son las primeras en todo el mundo en tener una suela hecha totalmente de cáñamo.
Esto significa un aporte muy significativo para la lucha contra la contaminación ambiental.
“Una zapatilla para correr fabricada en plástico deja una huella de carbono de entre 16 y 20 kilos de CO2. La de nuestro zapato es de 4.1”, explicó Bernardo.
Gracias a los conocimientos de su abuela, han logrado fabricar un zapato que es resistente al polvo, fácil de limpiar y completamente impermeables.
Maria se sintió muy orgullosa de que su nieto quisiera trabajar con ella y se ha esforzado al máximo para crear un producto de buena calidad. Su innovador emprendimiento ha dado mucho de qué hablar en las redes, la marca ofrece un calzado vanguardista y que contribuye con el cuidado que tanto necesita nuestra Tierra.
El éxito es indudable. Su trabajo es una verdadera prueba de que nunca es demasiado tarde para aportar nuestro granito de arena y generar un impacto positivo en el medio ambiente.
Además, las zapatillas son confortables, su ergonómico diseño hace que quienes las utilicen se sientan completamente cómodos y descansados.
“Son súper cómodas y súper ligeras”, dijo Bernardo.
La tela de cáñamo no es la única gran idea de Maria. Durante meses, buscaron el material perfecto para las plantillas y finalmente decidieron trabajar con corcho natural de los árboles.
Este material resulta acolchado, antimicrobiano, antifúngico y además ayuda a regular la temperatura. Para crear el producto la abuelita y su nieto unieron sus esfuerzos para cuidar cada detalle y llevar a las manos de sus clientes unas zapatillas de excelente calidad.
No hay dudas de que con un poco de creatividad se pueden hacer cosas maravillosas y muy útiles para el cuidado de nuestro planeta.
Además, tampoco hay dudas de que cuando las cosas se hacen con amor y unión familiar el resultado siempre será extraordinario y cada prueba se convertirá en una gran fuente de aprendizaje.
Maria y su nieto Bernardo conforman el mejor equipo en este negocio que promete seguir siendo muy exitoso.
Esta abuelita y su nieto se han convertido en una gran inspiración para muchos. Su proyecto es un valioso aporte para crear consciencia sobre la importancia de cuidar nuestra tierra antes de que sea demasiado tarde.