Las crisis que nos tocan vivir pueden ser percibidas de forma distinta por cada persona. Algunos se quedan quejándose y otros buscan dentro de lo malo, la oportunidad de superar la adversidad. Así lo hizo un niño en los Estados Unidos, su iniciativa ganó la admiración de mucha gente.
Berenice Pacheco es una madre soltera de treinta años que vive en California junto a sus tres hijos. Debido a los problemas por la pandemia, en marzo quedó sin empleo y tuvo que mudarse con sus pequeños a un incómodo cobertizo en el este de Los Ángeles.
Aaron Moreno es uno de sus hijos, de solo ocho años de edad, y es estudiante de primer grado. Le tocó vivir en condiciones terribles en un lugar carente de servicio eléctrico y agua, sin mencionar el inclemente calor que soportaban a la hora de dormir.
Para asearse usaban el baño de un restaurante cercano
El niño no tenía una mesa donde realizar sus deberes y mucho menos servicio de Internet, cumplir con sus asignaciones escolares era toda una odisea. Pero lograba cumplir con todo, y pensaba cómo podrían hacer para salir de esa pésima situación.
“Como madre me rompió el corazón. Sentí que les estaba fallando a mis hijos”, aseguró la preocupada mujer.
Pero cierto día, en forma de broma la madre le dijo a su pequeño que sería una buena idea que iniciara su propio negocio y así podría comprar todos los dulces que tanto le gustaban. Aaron lo pensó y le pareció que era una excelente manera de obtener algo de dinero.
“Se le ocurrió la idea de comenzar a vender plantas”, comentó Berenice.
La madre solo contaba con doce dólares y se los entregó, con ese dinero compró ocho plantas gruesas y carnosas que se conocen con el nombre de suculentas, de las que pertenecen a los cactus y otras plantas similares, eran todas en miniaturas.
Colocó una mesa en frente del cobertizo y encima sus plantas, las vendió todas y obtuvo una ganancia de cuatro dólares. Fue comprando más suculentas y vendiéndolas, también recibía propinas que muchos clientes le dejaban.
Poco a poco, ha logrado reunir algunos cientos de dólares en el banco, y a través de su cuenta de Instagram, Aaron’s Garden, se ha hecho muy popular y las personas le han ayudado con donaciones por casi 37.000 dólares.
«Mi próximo trabajo después de tener mi propia tienda de plantas será trabajar para Nike y hacer mis propios zapatos y después planeo ir a la universidad para poder convertirme en juez», aseguró el pequeño empresario.
Con ese dinero se mudaron a un apartamento de una habitación a principios de este mes, también pudo comprar un automóvil y muebles para su nuevo hogar. Además, a una de las hermanas que estaba en México viviendo con sus abuelos pudieron traerla junto a ellos.