Nadie tiene más empatía que los niños, todos los seres humanos nacemos con sensibilidad ante el dolor y sentimientos de los demás. Es una capacidad innata que puede fortalecerse o desvanecerse con los años dependiendo de las experiencias y la crianza recibida.
Por eso es tan importante promover en el día a día los valores de la solidaridad, comprensión, respeto, para que no se pierda la capacidad de ser empáticos.
Campbell Remess es un joven de 14 años que se dedica a hacer una labor extraordinaria con el apoyo de su familia.
Desde que tiene 9 años decidió confeccionar peluches para regalárselos a los niños que permanecen ingresados en un hospital. El niño de Australia se ganó la admiración de miles de personas desde que inició su campaña solidaria.
Su iniciativa surgió cuando les pidió a sus padres comprar regalos de Navidad para los niños que estaban ingresados en el hospital, la situación económica de su familia le impedía cumplir con ese deseo, pero encontraron la solución.
Los regalos serían hechos con sus propias manos, y así tendrían el presupuesto para poder complacer a Campbell y alegrar a otros niños.
Él aprendió a coser para confeccionar coloridos peluches, y hasta el momento ha hecho más de 1.400 juguetes de este tipo.
Campbell llamó a su campaña: “Project 365”, miles de personas de diversas partes de Australia le donan materiales para la confección de los peluches.
Recientemente adquirió una máquina de coser que le ayuda a hacer más rápido el proceso de coser los peluches.
El adolescente de 14 años asegura que la razón que lo motiva a repartir los ositos coloridas es “ver sonreír a los niños”.
“Ellos sonríen y algunos me abrazan. Hay otros que me escriben cartas de agradecimiento después”, relató.
Concluyó hablando de los atributos de los juguetes que hace: “La magia de los ositos es la esperanza.
Es la esperanza que le dan mis ositos a la gente. Y es mi forma de cambiar al mundo. Sé que no puedo hacerlo todo al mismo tiempo, así que lo voy a cambiar un osito de peluche a la vez”.
Es que para construir ese mundo que soñamos solo basta ver a nuestro alrededor y no ser indiferente ante las necesidades de los demás. Pequeños gestos hacen grandes diferencias, todos podemos hacer algo para ayudar, para devolverle la esperanza y la sonrisa a quienes más lo necesitan.
Ojalá que muchas personas se sientan motivadas a seguir el ejemplo de este pequeño que a su corta edad se ganó la admiración de todos. Compártelo.