Hay ocasiones en las que, por diversas razones, no es posible comenzar los estudios universitarios a la edad deseada. Sin embargo, nunca es tarde para estudiar; ¡tú mismo te pones los límites!
Un gran ejemplo de ello es Carlos Augusto Manço, un abuelito de 92 años de edad que a pesar de no estar acostumbrado a las nuevas tecnologías da lo mejor de sí para hacer realidad su sueño de convertirse en arquitecto.
En Ribeirão Preto, São Paulo, Brasil, vive Carlos Augusto Manço; un abuelito de 92 años de edad que se encuentra estudiando Arquitectura y Urbanismo en la Universidad de Barao de Mauá. Este ya es su tercer año en la institución y su entusiasmo es el mismo que el del primer día.
Fue por la década de 1950, al finalizar su servicio militar que el sueño de ser arquitecto comenzó a nacer en él cuando comenzó a trabajar con un arquitecto que le envió a tomar un curso de dibujo.
Gracias a este curso trabajó como delineante en la Universidad de São Paulo (USP) durante unos largos treinta años que le permitieron adquirir conocimientos en el campo de la arquitectura, la ingeniería y la construcción que gustoso comparte con sus compañeros y profesores.
Si bien el sueño estuvo presente desde ese entonces, su ajetreada rutina le impidió pensar en ello hasta que uno de sus nietos empezó a estudiar Arquitectura, tiempo que coincide con la muerte, a los 83 años, de su amada esposa Eunice Borzani Manço.
«Solo volvió a hablar de ello cuando un primo mío empezó a estudiar Arquitectura. El abuelo estaba muy solo. Entonces, como sabía que quería hacer el curso, lo ayudé y estoy muy feliz por su decisión», mencionó su nieta Isabella.
Cuando fue a hacer el examen de admisión, las personas no creían lo que veían, incluso los empleados de la universidad. Sin embargo, los prejuicios de la gente no pudieron contra él y su determinación y se unió a la Universidad en 2018.
Desde ese año, Carlos asiste todos los días a clases puntualmente; estudia todas las noches y se esfuerza por entregar todas sus tareas a tiempo. Ni siquiera el COVID-19 que le ha obligado a estudiar en línea ha impedido ser un estudiante ejemplar, ganarse el cariño de todos y hallarse entre los mejores de su generación.
Si bien el uso del ordenador ha sido un reto para él, ha podido afrontarlo gracias a su gran ánimo y la esperanza de que la pandemia pase para volver a las instalaciones de la Universidad.
“Cuanto más estudiamos, más tenemos conocimiento. Cuando las clases presenciales regresen podremos compartir diferentes experiencias”, mencionó con optimismo el abuelito.
Carlos se siente muy feliz de que su sueño de la juventud se esté haciendo realidad y planea mantenerse motivado por mucho tiempo más para dejar huella en sus hijos, nietos y bisnietos que son la razón de su esfuerzo.
«Quiero mostrarles que es importante estudiar, terminar la Universidad y hacer lo que te gusta. Sin duda, es un sueño hecho realidad”, concluye el admirable abuelo.
No hay acto más valioso que el ejemplo que impone un soñador como Carlos, que nos muestra que los verdaderos sueños no pierden ni contra el tiempo y las malas situaciones, que nunca es tarde para intentar y que nunca es tiempo para rendirse.
Comparte esta inspiradora historia con todos tus amigos y motívalos a perseguir sus sueños. Nunca es tarde.