Cuando una bisabuela de 99 años de edad fue diagnosticada con coronavirus, los médicos pensaron que sucedería lo peor. Sin embargo, la familia Giardino sabía que Anne tenía todavía muchas fuerzas dentro de sí y que esta sería una batalla que lograría superar en cuestión de días.
La familia Giardino vive en la ciudad de Nueva York en los Estados Unidos.
A pesar de su avanzada edad, Anne lleva una vida muy activa. No sufre de ninguna condición de salud preexistente y ayuda a su comunidad cada vez que tiene la oportunidad. Vive en un hogar en donde realiza lecturas para sus compañeros dos veces a la semana.
“Su lema es: ‘No puedes parar. Tienes que seguir’. Eso es lo que ha hecho durante muchos años”, explicó Camille Stordeur, hija de Anne.
Sin embargo, Anne comenzó a tener una fuerte tos que con el paso de los días no hacía más que empeorar. Una vez que la llevaron al hospital le realizaron una prueba de COVID-19 y el resultado dio positivo. Con su edad parecía tenerlo toda en contra.
“Va a cumplir 100 años en septiembre y no deja de ayudar a los demás. Espero que en su día podamos hacer una gran celebración”, dijo Camille.
Sin embargo, los médicos decidieron brindarle la mejor atención posible. Merecía una oportunidad de volver a compartir con su familia. Jamás imaginaron que su recuperación sería tan veloz.
“Ella estaba perfectamente bien pero de pronto esta bestia comenzó a atacar su sistema respiratorio”, dijo Camille.
Los médicos prepararon a la familia y les dijeron que podía suceder lo peor. Sin embargo, ellos jamás pensaron que eso realmente fuese posible. Conocían muy bien a Anne y sabían que era una mujer muy fuerte.
En tan sólo 10 días los médicos ya le habían dado el alta y la feliz bisabuela era celebrada por todo lo alto. Salió caminando del hospital con un maravilloso letrero para dar a conocer su impresionante victoria.
“Sabía que no iba a perder a mi madre por el coronavirus. De ninguna manera. Ella tiene una vida muy saludable y es una mujer demasiado fuerte”, dijo Camille.
Todos los médicos y enfermeras que trataron a Anne quedaron boquiabiertos. A su edad, muchos sufren de diabetes, problemas de tensión o del hígado pero ella no necesita ningún medicamento. Sólo utiliza pastillas para dormir y de forma ocasional.
“Tengo 99 años y aplasté al coronavirus”, celebra el cartel que llevaba Anne.