Cuando se trata de iniciar una familia lo primero que uno se debe plantear es que las cosas no siempre serán perfectas, pero el ser tolerantes y pacientes es una de las bases fundamentales que se necesitan en un ambiente familiar.
Sin embargo, los padres de Simon no pensaron lo mismo cuando el pequeño nació, no era lo que ellos esperaban y esta justificación les fue suficiente para abandonarlo a su suerte, a pesar de que la vida de Simon corre un gran peligro cada día que pasa.
Ahora Simon Sama, de Nong Khai, al noreste de Tailandia, tiene 8 meses de vida. Nació con una cabeza anormalmente grande debido a una hidrocefalia. En enero de este año los médicos advirtieron a sus familiares durante el embarazo que esperaran complicaciones.
Cuando los médicos notaron el tamaño tan grande de su cabeza, operaron y drenaron el exceso de líquido, sin embargo, el repentino cambio de presión causó que su cráneo colapsara y se fracturara. Hoy en día, vive con una grieta de dos pulgadas de profundidad en la parte superior de la cabeza y se enfrenta a una carrera contra el tiempo para un tratamiento que salve la vida.
Los padres creyeron en un principio que todo se arreglaría con la operación, pero al ver que no fue así, decidieron darse por vencidos y dejaron de ayudar a Simon. Ahora vive con su abuela, Nooplang, de 48 años.
Ella admite que el cuidado de Simon es algo complicado, viven con el temor de que su condición le quite la vida en poco tiempo pues su cabeza sigue creciendo, saben que necesita más operaciones y que drenen el líquido pero no cuentan con los recursos para ayudar a Simon.
«Simon es como un vegetal ahora. No hace mucho ruido ni gatea como otros niños comienzan a hacer a esta edad», comentó la abuela.
«Continuamos esperando y esperando para volver a ver al médico. La grieta en su cabeza parece que se agranda, así que creemos que podría haber más agua en su cráneo».
La sobrina de Nooplang, Fern Warapoll, también ayuda a cuidar a Simon, agregó: «Los médicos lo operaron la primera vez para sacar el líquido de su cabeza, pero no funcionó. Después de la operación, su cabeza tenía un agujero y él simplemente no tenía vida».
«No sabemos si alguna vez mejorará o si va a empeorar. Los médicos tampoco lo saben».
«Queremos un médico, en algún lugar, que pueda ayudar de verdad. Necesitamos ayuda para tratar de mejorar su vida».
Ahora Simon está esperando su próxima cita en el hospital en noviembre para descubrir si necesita más drenaje de líquido. Los médicos parecen ir muy lento para ayudarle, él no tiene una vida normal, no sabe lo que sucede a su alrededor, es una forma muy triste de vivir.
Esperamos que Simon reciba la ayuda que necesita, el amor por un hijo no debería estar condicionado a nada.