El nacimiento de un bebé es un hecho mágico para todas las madres y familias que le esperan amorosamente. Sin embargo, hay personas de mal corazón que pueden acabar con esta felicidad en segundos, causando un daño de por vida.
Muchos bebés son arrebatados de sus familias
Esto fue lo que sucedió a Neuza de Jesus Oliveira, una mujer brasileña de 36 años, quien después de más de tres décadas descubrió que fue secuestrada de pequeña y ahora exige justicia para su familia biológica.
“Cuando tenía siete u ocho años doña María [madre adoptiva] me llamó y me dijo que mi padre biológico le pidió que se quedara conmigo, ya que no podía mantenerme, como lo había hecho con mis dos hermanos mayores. También dijo que mi verdadera madre había fallecido», recuerda Neuza.
Con el paso del tiempo, Neuza sintió que algo estaba fuera de lugar en su vida. Incluso con el cariño recibido de su familia adoptiva, la curiosidad por conocer su origen aumentaba a cada momento.
«Cuando tenía 12 años le pregunté a mi madre adoptiva cómo se llamaban mis padres biológicos. Ella dijo: Esther y Sebastião. También le pregunté los nombres de mis hermanos y ella respondió: tienes un hermano mayor llamado Célio y uno llamado Dione”, narra Neuza.
En septiembre de este año, Neuza se atrevió a dar conocer su caso en una página de Facebook de niños adoptados que buscan a sus madres biológicas. Un internauta respondió asegurando conocer a los hermanos y, además, le confesó que su madre biológica estaba viva y que padecía depresión debido a la desaparición de su hija hace más de 30 años.
Conmocionada por la posibilidad de haber descubierto parte de su vida, Neuza se puso inmediatamente en contacto con su madre adoptiva y le preguntó todos los detalles sobre su adopción, además de solicitarle hacer una prueba de ADN para la cual se rehusó.
Algo no cuadraba en la historia de su mamá adoptiva
Fue así como, tras largos años, Neuza se reencontró con su familia biológica. Conocer a su madre no fue nada sencillo, debido a que perdió la cordura cuando fue secuestrada y, a sus 62 años, padece de una severa esquizofrenia.
La prueba de ADN realizada con su madre verdadera fue positiva. Y tras el resultado, Neuza llevó a su hija menor de cinco años a conocer a su abuela. Este fue el único momento en que pudo ver emoción en su madre enferma.
Ahora sabe quién es su familia
«Mi mamá me miró y se le llenaron los ojos de lágrimas. Mi hija y ella se parecen. Pero no me reconoció y no dijo nada. Mi hermano me dijo que no reconoce a casi nadie», asegura Neuza.
Ahora Neuza ha acudido a la justicia para alertar sobre su caso y exigir justicia para su familia, a la que se le causó tanto daño; pese a que muchas personas la han tratado mal por estar actuando en contra de la familia que la cuidó.
Pero no hay nada que sea más fuerte que el vínculo con su verdadera familia y esta devastada mujer merece resolver todas sus dudas, para poder seguir adelante y recuperar el tiempo perdido.
Historias como estas nos conmueven el corazón. No te vayas sin compartirla con todos tus amigos y nunca dejes de luchar por la justicia.