Lamentablemente algunos niños vienen al mundo sin recibir la bienvenida que merecen en un entorno seguro en el que se sientan amados y protegidos por quienes asuman la responsabilidad de velar por su bienestar.
Recientemente una mujer dejó a su bebé recién nacida en la puerta de un albergue con una nota donde ella explica los motivos que la habían llevado a tomar esa decisión
“No quiero que sufra el infierno que estoy pasando”, decía la nota.
La madre dejó a su pequeña recién nacida en la puerta del albergue Asociación de las Bienaventuranzas en Villa María del Triunfo (VMT) con una manta, un tarro de leche, un biberón y ese conmovedor mensaje aparentemente escrito por su progenitora.
“Hoy la dejaron en la puerta trasera de la casa. Le hemos puesto de nombre María Magdalena, que es la Santa de hoy. Nosotros no juzgamos a nadie, por favor, tú tampoco lo hagas”, dijo el padre Omar.
La pequeña fue bautizada como María Magdalena por el padre Omar, quien aseguró que cuando abandonan un niño en un albergue se le pone el nombre del santo que se celebra ese día.
“Solo recen por la mamá y por nosotros para que nunca nos falte la providencia para poder seguir ayudando a quien nos necesite. ¡Recuerda que toda ayuda es bienvenida!”, agregó el padre en la cuenta de Facebook del albergue.
El padre pidió a los ciudadanos para que lejos de criticar lo que hizo esta mujer recen por ella y por todo el personal del albergue para que siempre puedan ayudar a los más vulnerables.
“La gente pasa por momentos de desesperación críticos, normalmente no conocemos lo que está viviendo la gente. Por eso siempre pido no juzgar a quien hace esto porque no conocemos lo que está pasando”, dijo el padre.
El padre también comentó que el mensaje que dejó la madre daba a entender claramente que ha sufrido mucho.
“Esta persona que dejó a su bebé, la madre, nos escribió una nota donde decía ella dejaba a la bebé porque no quería que viviera ni sufriera el infierno que ella está sufriendo y que iba a seguir por eso la dejaba. Nos pidió que la cuidáramos muy bien”, dijo el padre Pablo.
Este albergue actualmente tiene 250 residentes de los cuales 144 son menores de edad.
“Nosotros tenemos un presupuesto mensual de 50.000 dólares que incluye alimentación, ropa, servicios, terapias, educación, abarca todo. Del total del dinero el 57 % está cubierto por cuotas fijas de personas o empresas específicas. El otro 43 % se cubre con lo que llega de personas particulares o instituciones”, agregó el padre.
Lo ideal es que no exista la triste realidad de niños abandonados. Afortunadamente, están estas organizaciones que le brindan cobijo a los más vulnerables.
Aboguemos por un mundo mejor, por una sociedad solidaria y generosa compartiendo esta emotiva historia. Esperamos que la pequeña crezca con todo el amor que merece.