La historia de una abuelita ha conmovido a los más de 130 millones de mexicanos, y al mundo entero. Y es que sin duda, las historias protagonizadas por personas mayores calan en lo más profundo de quienes solo desean que pasen sus años dorados siendo atendidos, amados, y respetados.
Algo que parece sencillo y hasta normal o el deber ser para estas personas de la tercera edad, pero lamentablemente, la realidad es muy distinta para muchos abuelitos.
Abuelita mexicana de 97 años abandonada por sus 16 hijos, conmueve a las redes
Hay quienes pasan sus días sumergidos en la soledad, en la miseria, orando por recibir una mano amiga, un gesto de amor que resulte una caricia para ese corazoncito que ha resistido tanto.
Esta es la historia de Isabel Méndez Jiménez, una abuelita mexicana que se ha hecho viral, después de que se diera a conocer que a pesar de que tuvo 16 hijos, vive en una situación de extrema vulnerabilidad, completamente sola y con lo estrictamente necesario para comer.
Esta tierna abuelita vive en Oaxaca, su historia se dio a conocer después de que el youtuber Jaime Toral compartiera su historia en las redes sociales.
Jaime suele compartir con sus seguidores la ayuda que ofrece a personas de bajos recursos, en esta ocasión dio a conocer la historia de doña Isabel, quien aseguró que ninguno de sus hijos la visita, mucho menos están pendiente de si tiene comida o está enferma, y lo más triste, desconocen si vive o no.
“Ni saben si vivo o no. Me da tristeza porque de tantos hijos para ellos yo no vivo. Quedé viuda de 33 años, me fui a trabajar a México, me fui a trabajar a Chicago. Le mandaba a mis padres para que levantaran a mis hijos y los pusieran en la escuela”, dijo la abuelita.
Con el fin de subsistir, borda servilletas. Con el dinero de las ventas, compra frijoles y algunas tortillas que se han convertido en su alimento diario. Muy pocas veces logra incluir queso y carne.
Esta abuelita sufre de una grave afección en los ojos que amenaza con quitarle la visión. En su hogar se evidencia el abandono y negligencia por parte de sus hijos, al punto que algunos perros y gatos se han convertido en su principal compañía.