En Kizil, al sur de Rusia, el doctor Radion Nurmukhametov ha sido encarcelado en una prisión de máxima seguridad por asesinar a su amante, la enfermera Kristina Melnik tras enterarse que ella había quedado embarazada, el bebé murió en el útero debido al fuerte ataque que también acabó con la vida de su madre.
Sin embargo, esta no era la primera vez que la enfermera quedaba embarazada, la primera vez Melnik había dado a luz tranquilamente en el hospital en el que Radion trabajaba, no solo con su amante sino también con su esposa Olga, quien era la ginecóloga residente.
Al tratarse de la ginecóloga del hospital, Olga no tuvo más remedio que atender el parto de la amante de su esposo, el cual dio como resultado una bebé a la que llamaron Alyonka, generándole como es de esperar una sensación de pena y bochorno indescriptible.
Sin embargo, tras ese primer incidente, Olga decidió perdonar a su esposo siempre y cuando este prometiera que su relación con la enfermera de 27 años acabaría, promesa que obviamente el hombre no cumplió, incluso ignorando que su esposa también estaba embarazada el doctor continuó con su aventura, la cual eventualmente causó que Menik quedase embarazada de nuevo.
Olga dio a luz seis meses después de haber asistido el parto de la amante de su esposo y, para cuando la ginecóloga se encontraba dando a luz a su propio bebé, la enfermera quedó embarazada por segunda vez; la aventura se llevaba a cabo en el hospital en el que ambos trabajaban durante el turno nocturno.
“Quería permanecer con mi esposa”, aseguró el doctor, quien tras enterarse del segundo embarazo de su amante le exigió hacerse un aborto, tratamiento por el cual la enfermera se negó a pasar provocando la ira de Radion.
Esta ira después sería llamada “trauma mental” para intentar justificar sus acciones e intentar reducir su sentencia lo más posible, cosa que el juez no apreció ya que, sin importar nada, Radion fue sentenciado a 15 años en una prisión de máxima seguridad.
Según Olga, la aventura de su esposo con la enfermera le había sido informada por otros trabajadores del hospital, incluso por algunos pacientes; sus colegas decían que la enfermera era “trabajadora y glamorosa” y que la atracción que existía entre ella y el anestesiólogo “saltaba a la vista”. Cosa que, como es de esperar, su esposo desechó como simples rumores.
Después del nacimiento de la primera hija, fruto de la aventura de su esposo, Olga le permitió visitar a la bebé e incluso llevar regalos creyendo que la relación amorosa entre el anestesiólogo y la enfermera había terminado.
En casos como este es donde se demuestra que dejarse llevar por la pasión no suele llevar a nada bueno. Y en esta triste historia acabó con la vida de dos seres humanos.
Cada persona debe reflexionar sobre sus acciones y aprender a actuar siguiendo la razón. Comparte esta estremecedora noticia.