Seguramente más de una enamorada ha imaginado una y mil veces cómo le pedirán matrimonio, y las fantasías que se hacen de lo lindo que pudiera ser es algo que las emociona. Pero a una novia en Nigeria la situación la tomó de sorpresa, jamás imaginó todo lo que su príncipe azul tenía para ella ese mágico día.
Fue el mejor de sus días
Una especialista en el cuidado de la piel que vive en Nigeria y a quien todos conocen en sus redes sociales como @swiss_scarlet mantiene un noviazgo de hace cierto tiempo con su novio, a quien adora y solo sueña convertirse en su esposa y compartir el resto de sus días a su lado.
En días recientes su enamorado la invitó a comer a un restaurante muy lindo y ella aceptó gustosamente, sin pensar en el plan que tenía preparado su pareja.
Le tenía deparada una gran sorpresa
El hombre se había puesto de acuerdo con los camareros para que le ayudaran a llevar a cabo toda una escena de petición de matrimonio. Scarlet estaba encantada en la velada y en el momento en que tocaba el postre, el personal del restaurante colocó un plato cubierto, en ese instante ella no le prestó mucha atención, pero el novio insistió en que lo abriera.
«¿Quieres casarte conmigo?», había ordenado escribir el hombre sobre el trozo de pastel.
El momento fue grabado y se veía el inesperado escrito junto al anillo de compromiso y el rostro colmado de felicidad de la novia. Ella aceptó la propuesta sin pensarlo ni un segundo.
Lo que no sabía era que aun su futuro esposo tenía algo más para ella. Mientras Scarlet admiraba la belleza de su anillo, los camareros le entregaron un sobre que contenía nada más y nada menos que unos 6.100 dólares.
“Le dije SÍ al amor de mi vida, mi héroe y mi todo, te diré SÍ mil veces, soy para siempre tuya”, dijo la mujer, desde lo más profundo de su corazón.
Aunque en la corta grabación no se podía distinguir el rostro del hombre, ya que estaba oculto por completo y apenas sus manos eran visibles en el instante en que le estaban sirviendo el vino, se pudo escuchar su voz de fondo, diciendo que el dinero era una especie de recompensa por estar ahí para él cuando no era nadie y decir sí a su propuesta de matrimonio.