Los mercados en México han permitido que muchas personas mantengan sus hogares durante mucho tiempo, pero la pandemia del coronavirus ha provocado su cierre para evitar contagios.
Sin embargo, una madre prefiere arriesgar su vida vendiendo sus productos que dejar que sus hijos mueran de hambre en casa.
Maribel García es una madre que trabaja de manera independiente como comerciante en distintas celebraciones y eventos que se realizan.
En el mercado de Aguaruto, un mercado tradicional de Culiacán en el estado de Sinaloa, la madre trabajadora vende una variedad de artículos y productos con los que sostiene las necesidades de su grupo familiar.
Pero con la terrible pandemia de coronavirus, que se ha desatado a nivel mundial, las autoridades de los distintos ayuntamientos han paralizado el funcionamiento de los mercados.
A las personas que dependen de esos ingresos para poder subsistir no les parece una buena idea, porque no saben cómo podrán hacer para garantizar la alimentación de sus familias.
Es un dilema cuando se vive de lo que se hace el día a día, y no se cuenta con ahorros que le permitan sortear alguna eventualidad como esta. El domingo pasado fue el último día que les permitieron asistir a su lugar de trabajo, para evitar mayor contagio del COVID-19 en la población.
La información fue recibida de parte del subgerente de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Culiacán, Rodolfo Audelo Avilés, el viernes pasado. Todos los comerciantes se quedaron alarmados por la problemática que eso representaba para sus ya diezmadas economías.
Maribel no recibió con ningún agrado la decisión ya que solo se les dio una medida de cierre, sin ofrecer ninguna alternativa de apoyo para los afectados.
“Prefiero que me mate a mí el coronavirus por salir a buscar el sustento a la calle que, ver a mis hijos morirse de hambre”, dijo la preocupada mujer.
El presidente de mercados itinerantes de Culiacán, Juan Carlos Hernández Alvarez, expresó la preocupación de más de dos mil familias que en la actualidad trabajan en los mercados. De por sí las ventas han bajado drásticamente, y cerrando los mercados la situación de estas personas será peor.
Otro aspecto a destacar es que muchos adultos mayores se mantenían con su trabajo en los mercados itinerantes.
Las redes sociales reaccionaron ante la publicación, y los comentarios en contra de la opinión emitida por Maribel no se hicieron esperar.
“Su opinión es absurda, si muere ella quién cuida a los niños, no tiene ningún sentido contagiar a sus seres amados”, afirmó un usuario.
Otros indicaban que era preferible sacrificarse un poco para que todos estuvieran bien.
“Pues yo prefiero darles a mis hijos puras tortillas duras que dejarlos huérfanos y desamparados”, indicó otro internauta.
Todos debemos asumir la cuota de sacrificios que nos corresponde, sin embargo, las autoridades a quienes les compete las tomas de decisiones deben ayudar a los sectores de la población más necesitados en este momento tan difícil.
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