Addie Bryan, una niña de 7 años estaba llegando a su casa con montones de dinero en efectivo ante el asombro de sus padres. Era tanta la cantidad, que no lo podían creer.
La niña nació con una rara enfermedad ósea conocida como Síndrome de Larsen, sus piernas estaban contorsionadas, era incapaz de flexionarlas.
Tuvo que ser sometida a intensivos tratamientos desde que era muy pequeña, fue atendida de forma gratuita en el Hospital Infantil Scottish Rite, de Texas.
A pesar de que su pronóstico no era alentador, gracias a la ayuda que recibió de los médicos logró caminar, correr y disfruta de una buena calidad de vida a pesar de su condición.
Se siente muy agradecida con el hospital que le brindó esa oportunidad, así que pensó en una manera de retribuirle la ayuda.
Ella siempre sentirá gratitud hacía el centro hospitalario y todo el personal médico que atendió su caso con compromiso y profesionalismo para que pudiera lograr la recuperación que le permite tener una buena calidad de vida.
Cuando se acercaba su cumpleaños número ocho no quiso pedir juguetes nuevos ni regalos, ni el último smartphone como muchos niños de su edad. Tampoco quiso pedir ropa, artículos de moda o libros, su deseo dejó a sus padres asombrados.
Lo único que quería era recaudar la mayor cantidad de dinero posible para que el hospital pudiera recibir un donativo que les permitiera seguir ayudando a otros niños.
Su objetivo inicial era recaudar ocho mil dólares, a pesar de que era un monto alto ella no estaba dispuesta a rendirse.
“Solo tengo un cartel que dice ‘Para mi cumpleaños, quiero recaudar $ 8,000 para el Scottish Rite Hospital. Con su ayuda pude caminar, correr y jugar con mis amigos».
Ella pedía dinero en una bolsa que llegaba llena de billetes cada día a su casa, su solidario gesto se difundió en los medios de comunicación y se convirtió en una campaña que superó cualquier expectativa.
La reconocida revista People divulgó su historia y promovió las donaciones en todo el país, Addie logró recoger 19.500 dólares para el hospital donde fue atendida.
La niña celebró que logró su sueño incluso superando sus expectativas
Pero poco tiempo después, Stephanie Brigger, la Vicepresidenta de Desarrollo del hospital recibió un cheque de un donante anónimo por un monto de 50.000 dólares, esta persona se habría motivado a ayudar gracias a Addie.
“Estoy casi sin palabras, porque fui yo la que lo abrí. El donante anónimo escribió que conoció a Addie, vio sus fotos, y cómo logró correr”, dijo la doctora Brigger.
El propósito de Addie se había logrado y el centro hospitalario recibió casi 70.000 dólares. El corazón de los niños está lleno de gratitud, comprensión, y sobre todo amor, valores que se cultivan en casa.
Los padres de Addie deben estar complacidos de haber hecho bien su labor, con un pequeño gesto su hija le dio una lección al mundo entero y ayudó al hospital que le devolvió la esperanza.
Su valioso aporte permitirá que así como ella, otros niños puedan sonreír de nuevo después de haberse enfrentado a duras adversidades.
Nada se compara con la nobleza que hay en el corazón de los más pequeños, ellos con su inocencia son capaces de sensibilizarse con el dolor de los demás y siempre están dispuestos a ayudar.
El gesto de Addie se ha convertido en una inspiración para muchas personas que expresan su admiración por la iniciativa de la niña, a su corta edad le da una gran lección al mundo.
Cuando Addie se paró con su cartel pidiendo dinero en las calles, nunca pensó que recibiría el apoyo de millones de personas. Entre todos podemos hacer una diferencia para ayudar a aquellos que más lo necesitan.