La historia de esta familia ha demostrado una vez más la fuerza del amor, pues este es capaz de lograr hasta lo que parece imposible. En esta oportunidad, una mujer de Texas ha tenido el mayor gesto con su esposo moribundo.
Diane Aulger no dudó en inducir su parto semanas antes, cuando vio que su esposo enfermo de cáncer no resistía más.
Mark, de 52 años, fue diagnosticado con cáncer de colon en abril de 2011. En ese momento fue intervenido quirúrgicamente para acabar con la enfermedad pero las sesiones de quimioterapia a las que se sometió por seis meses terminaron por pasarle la peor factura.
El tratamiento de quimioterapiapreventiva causó graves daños en los pulmones de Mark y en noviembre de ese mismo año comenzó a presentar problemas respiratorios.
En enero del siguiente año, su estado era realmente grave como para someterse a otra cirugía. Mark había desarrollado fibrosis pulmonar a causa de la quimioterapia. Esto provocó cicatrices y engrosamiento en sus pulmones.
En ese momento Diane estaba embarazada de 8 meses y, aunque confiaba en que su esposo se podía recuperar, los médicos le dieron la peor noticia.
El 16 de enero el especialista explicó a la mujer que no había vuelta atrás, su esposo estaba en etapa terminal.
«Pensé que volvería a casa en unos días con un tanque de oxígeno pero no era posible. Mark dijo: ‘Me gustaría ver al bebé'», recordó Diane.
La mujer de 31 años estaba a punto de darle la bienvenida a su hija pero también debía despedirse del hombre que amaba, así que no dudo un segundo y consultó con su médico sobre la posibilidad de adelantar el parto.
El personal del Hospital hizo todo lo posible y el 18 de enero los Aulger compartieron una gran sala de parto, en la cual le dieron la bienvenida a la pequeña Savannah.
La recién nacida logró ser cargada por su enfermo padre Mark en un encuentro realmente desconsolador que demoró unos 45 minutos.
«Él lloró y se veía muy triste», dijo Diane.
Muchas emociones debieron pasar por la mente de Mark en ese momento pero el amor de su esposa hizo posible su último deseo: conocer a su hija.
Un par de días después de ese primer encuentro, el hombre solo pudo ver a Savannah y sostenerla por un par de minutos porque estaba realmente débil.
Solo tres días después del nacimiento de Savannah, Mark entró en coma y falleció dos días más tarde.
Además de su pequeña recién nacida, Mark tenía dos hijos de 10 y 7 años con su esposa. Aunque la historia de los Aulger es realmente triste, Diane encontró fortaleza en el apoyo de sus seres queridos y, pese al dolor por su ausencia, la certeza de que su esposo había dejado de sufrir también la consoló.
Diane llenó su casa de fotografías para recordar a su esposo. Te invitamos a compartir su historia y un mensaje de solidaridad para esta madre y sus pequeños.