Un «me gusta» a la foto de una amiga común fue el causante del arrebato de ira de un adolescente «babycapo» italiano, que confesó haber matado a uno de sus mejores amigos.
Se tratan de las nuevas generaciones denominadas «babycapos», en Italia: adolescentes asesinos que se caracterizan por una particular ferocidad que expresan saltándose cualquier regla».
Un me gusta en Facebook y un comentario abajo de la foto de una chica bastaron para desatar la furia de Alex Pittito, de 15 años, que acabó empuñando una pistola y disparando tres tiros al autor de lo que él debió considerar una traición que merecía ser pagada por su propia mano y con sangre.
El joven asesino, que además asumió la responsabilidad del crimen sin reparo, es el hijo de un capo de la Ndrangheta, la mafia calabresa, y la víctima no era otro que su mejor amigo, Francesco Prestia, de la misma edad. La chica, una adolescente que les gustaba a ambos.
A la gravedad del crimen se le suma el resto del entorno familiar del homicida adolescente: la madre, Maria Antonia, el hermano, Giuseppe, de 21 años y el primo Pasquale, cuñado de un mafioso arrepentido y asesino del niño estadounidense de siete años Nicholas Green.
Todos se encuentran arrestados, junto al padre Salvatore, más conocido como «El Tío», desde el pasado enero, por tráfico de drogas traídas desde Sudamérica. Los investigadores infieren que el menor estaba habituado a los ambientes delictivos y a la presencia de armas en casa. De hecho, la que usó para el crimen la cogió de su domicilio; pertenecía a su abuelo.
La tarde del crimen, el asesino adolescente había citado a su inseparable Francesco en una zona retirada, en medio del campo y rodeada de olivos, del pueblo de ambos, Mileto, de poco más de 7.000 habitantes, para aclarar las cuentas en relación al incidente de Facebook.
La policía intuye que los jóvenes mantuvieron una discusión acalorada y que el asesino sacó la pistola y disparó tres veces a su amigo, tal vez dominado por la superioridad física de Francesco, de complexión atlética y capitán del equipo de fútbol del municipio. Después fue a la comisaría para confesar su crimen.
Pero aún hay detalles que no se logran esclarecer. En el lugar del homicidio no se han encontrado restos de sangre ni de disparos. Por eso, existe la hipótesis que el asesinato se pudo cometer en otro lugar y moviendo el cuerpo de la víctima, que apareció un día después.
Asesino y víctima, además de instituto y aficiones compartían también una estrecha amistad por todos conocida. Sus perfiles de Facebook rebosaban de fotos juntos. En una reciente, el mismo asesino había escrito:
«La amistad está en la boca de muchos, pero en el corazón de pocos».
Ahora, en el mismo muro de Facebook se llora también la desaparición de Francesco. Su cuenta permanece activa para el público y mensajes de sus familiares se mezclan con muestras patentes de afecto de amigos y conocidos.
Es común ver llamadas de atención sobre la normalidad con la que muchos menores calabreses manejan tanto las armas como la criminalidad, donde no impresiona que un joven de 15 años pueda disparar a otro.
De hecho, el último informe dirigido al Parlamento por la Dirección Nacional Antimafia, relativo a 2016, arroja datos alarmantes sobre las nuevas generaciones criminales.
Son menores de edad que crecen en entornos delictivos, con altas tasas de desempleo, que en algunos casos son superiores al 60%, que se convierten en carne de cañón para el crimen organizado desde muy pequeños. Desde la cuna aprenden a calcar los códigos de supuesto honor y conducta mafiosos que siempre han visto en casa.
Parece mentira que estas lacras sociales, como la mafia, la criminalidad y el tráfico de drogas, males que siempre queremos evitar a nuestros hijos, sean los primeros que lo aprenden porque se los enseñan en casa.
Aquí puedes ver el video de un homenaje a Francesco que se ha publicado en su perfil de facebook:
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