Ya ha pasado un poco más de un año desde que la pandemia debido al COVID-19 transformó por completo la vida de millones de personas en el mundo, una crisis sanitaria que ha causado la muerte de miles de personas.
Desafortunadamente, ha sido una batalla larga donde todos en distintos niveles hemos presenciado los estragos del virus que sin piedad alguna, sigue arrebatando vidas.
Las niñas son de Moreno Velley, California, en la costa oeste de Estados Unidos.
Desafortunadamente, la muerte ha sido inevitable y despedirse dignamente del ser amado es algo imposible. Solo queda el recuerdo de lo que un día fue y aferrarse a la idea de que en el cielo ahora hay un ángel más cercano cuidando a quienes tiene en el plano terrenal.
En medio de esta trágica situación son muchos los niños que han quedado huérfanos, algunos terminan en recintos para menores vulnerables, otros en hogares de acogida, y algunos con más suerte, adoptados por algún miembro de la familia.
Jasmine murió tras presentar complicaciones respiratorias a causa del COVID-19.
Esta es la historia de cinco niñas que perdieron a sus padres a causa del COVID-19, tras la muerte de su madre Jasmine Jacobo, de 33 años de edad, quedaron solos, el destino de las pequeñas era completamente desalentador.
Por fortuna, apareció el hermano de Jasmine, Fidencio Jacobo, quien las acogió y evitó que se las llevaran a hogares temporales. Con ayuda de su esposa, Crystal Jacobo, se hicieron cargo de los menores.
“Fue difícil pero no importó. Era algo que había que hacer. Son familia, así que no importaba. Mi familia pasó de tres a ocho”. Comentó Crystal.
Las niñas que tienen entre 6 y 15 años de edad ahora están en el hogar de su tío quien ha sido esa figura de apoyo y mayor aliento para las pequeñas.
Por supuesto, que para las niñas no ha sido un proceso sencillo, pasan sus días pensando en su madre a quien no pudieron darle un abrazo de despedida, todas las noches le dedican una oración y recuerdan con nostalgia el último beso que les dio desde la distancia. Jazlynn, una de las niñas comentó:
“Le digo a mi mamá que la amo, le digo que al menos no le duele más. Cuando ella estaba sufriendo, no podía decirme que me amaba, pero ella me tiró un beso mientras tenía puesta la máscara”.
Fidencio y su esposa están haciendo todo lo posible para mejorar la situación emocional de las niñas, saben que es una situación compleja, pero confían que encontrarás las fuerzas necesarias para salir adelante.
“Pongo toda mi confianza en Dios. Él ha estado con nosotros, nos ha bendecido y nos ha ayudado a superar muchas cosas, así que sabemos que tenemos una nueva misión”. Comentó Fidencio.
Bien lo decía San Agustín, aquellos que nos han dejado no están ausentes sino invisibles. Tienen sus ojos llenos de gloria fijos en los nuestros llenos de lágrimas.
Nuestras condolencias para todos los que ha perdido un ser querido y una oración de aliento para todos los que siguen luchando. Por favor, no te descuides aún queda mucho por enfrentar. ¡Comparte!