Si hay un gesto humano digno de admiración, ese es la adopción, cuidar y educar a una persona que no es nacida de nuestras entrañas habla muy bien de quien lo hace. Y En Estados Unidos, lo que hizo una pareja por siete huérfanos de padre y madre enterneció a todos, especialmente si ya tenían hijos mayores.
Abrieron su hogar a unos pequeños que quedaron desamparados
Pam, de 50 años y Gary Willis, de 53 son una pareja que vive en California, tuvieron cinco hijos biológicos: Matthew, de 32 años; Andrew, 30; Alexa, 27; Sophia, 23 y Sam, de 20.
En enero de 2019, mientras revisaba las redes,Pam se enteró que siete niños habían quedado huérfanos producto de un accidente automovilístico que habían sufrido sus padres, y a través de ese medio se intentaba conseguirles un hogar permanente.
La mujer se sintió muy triste al saber lo que les había ocurrido y de inmediato se comunicó con su esposo para contarle. Gary también se sintió muy afligido por la noticia, y a pesar de que ellos estaban en espera de su jubilación por su mente revoloteó una idea.
«No lo puedo explicar. Simplemente supe que debía ser su mamá. En ese instante, sus dulces rostros sonrientes saltaron de la pantalla y entraron en mi corazón», fueron las palabras de la noble mujer.
Estaban en la fase de “nido vacío” en sus vidas, y tal vez otras personas jamás habrían deseado comenzar de nuevo a criar niños. Pero ellos pensaban distinto, les dolía imaginar que separaran a los siete niños, con lo que eso pudiera representar en sus vidas.
“Si no somos nosotros, ¿entonces quién? ¿Quién los mantendría a todos juntos? ¿Quién tendría espacio para ellos? ¿Quién tendría el tiempo, el amor y la paciencia? La respuesta fue clara…”, escribió Pam en su cuenta de Instagram.
Los niños habían permanecido en un orfanato desde la muerte de sus padres, y aunque habían recibido muchas llamadas de personas interesadas en tenerlos, los elegidos para mantenerlos juntos fueron Pam y Gary.
La pareja se puso en contacto para conocer a Adelino, de 15 años; Ruby, de 13; Aleecia, de 9; Anthony, de 8; Aubriella, de 7; Leo, de 5 y Xander, de 4.
Los adoptaron y, de acuerdo a lo que comentaron a un medio de comunicación local, los primeros seis meses fueron bastante difíciles en el proceso de adaptación, a los niños les costaba dormirse, pero poco a poco se fueron acostumbrando y todo se volvió más tranquilo en casa.
“Trajimos una gran pantalla de televisión para que todos pudieran ver durante la pandemia de coronavirus. Nos dieron una segunda oportunidad de ser padres, les dimos una segunda mamá y un segundo papá”, afirmó Pam.