Ningún niño debería ser rechazado, especialmente por parte de las personas que le dieron la vida. No obstante, en ocasiones pequeños angelitos especiales no son aceptados y tienen que renunciar a tener una familia, para pasar al cuidado de un frío orfanato, y ese sería el mejor de los posibles escenarios para los menores.
No todos pueden ver lo especiales que son los bebés
Esto fue lo que sucedió a una hermosa bebé de un año de edad, llamada Milena Vitória, que nació con hidrocefalia y labio leporino, una condición que resultó ser demasiado grande para sus progenitores biológicos y que la condujo a formar parte de un albergue en Luziânia, Brasil.
La niña fue llevada al refugio en junio de este año, después de que sus padres biológicos le dijeran al denominado Consejo de Guardianes que no tenían las condiciones psicológicas, ni financieras, para cuidarla.
Después de ser recibida, la bebé fue incluida en el Registro Nacional de Adopciones. El tiempo transcurrido entre la búsqueda activa de una familia y el momento en que encontró un nuevo hogar fue de cuatro meses.
Las deficiencias físicas y mentales, que podrían dificultar el proceso de búsqueda de una nueva familia, fueron precisamente las características que despertaron en la emprendedora Cristiane Allemany el deseo de llamar hija a la niña.
Sabía que la pequeña estaba en su destino
El sueño más grande de Cristiane es tener una familia grande, especialmente para celebrar ocasiones especiales como la Navidad y siempre deseó adoptar. Cuando conoció la historia de Milena, no tuvo duda alguna.
“Milena Vitória es un sueño desde hace años porque soy hija única. Entonces, quiero tener una gran familia. Quiero tener 3 hijos biológicos y uno adoptado”, afirma la empresaria.
Ahora, la niña se mudó a São Paulo, donde vivirá con su nueva familia. La trabajadora social María Aparecida Santos Araújo siguió todo el proceso de acogida y adaptación de Milena, dándose cuenta de inmediato que entre ella y su nueva madre había un vínculo especial que nadie debería romper.
“Me di cuenta de que ya tenían una afectividad”, dijo la trabajadora social.
Después de realizar los procesos requeridos, así como investigaciones que permitieran garantizar que Milena se encontrará en un buen hogar, la jueza Célia Regina Lara, del Juzgado de Menores y Jóvenes, otorgó la custodia definitiva a Cristiane.
“La adopción es un acto de amor y responsabilidad. En este caso, extremo amor y responsabilidad”, concluyó la jueza.
Todos saben que estará en un buen hogar
Finalmente, la dulce Milena podrá formar parte de una familia que la quiere y la acepta, que siempre estará a su lado para apoyarla y para recordarle lo especial que es. Muy pronto se esfumará ese dolor del abandono y rechazo que sufrió en sus primeras semanas de vida.
Tristemente, muchos niños no cuentan con un hogar y sueñan con tener una familia. Comparte y ayuda a hacer consciencia sobre la adopción.