En agosto de 2013 muchas personas quedaron conmovidas ante una terrible tragedia que tuvo lugar en Rosario, Argentina. Un edificio en Salta 2141 sufrió una enorme explosión a causa de una fuga de gas. Como resultado 22 perdieron la vida en tan sólo un instante.
En total hubo 62 personas heridas que lograron sobrevivir.
A pesar del notorio número de víctimas fatales sólo una familia habuscadojusticia por este terrible accidente. Adrián Gianángelo es uno de los sobrevivientes, pero su hermana Débora perdió la vida.
Lo que más duele a la familia es que se trató de una situación que se podía evitar, pero el problema persistió ya que los vecinos no lograban ponerse de acuerdo y se desató una serie de negligencias.
El cuerpo de Debora cuerpo fue encontrado entre los escombros 48 horas después del incidente
Adrián y su hermana se mudaron a Rosario para estudiar Derecho. Siempre fueron muy unidos y Débora no dudó en seguir los pasos de su hermano ya que siempre adoraban hablar sobre los diferentes casos y juicios más sonados del país. Meses antes de la explosión los hermanos Gianángelo sabían muy bien que había un fuerte problema de gas, así que decidieron llevar un inspector.
“El departamento no estaba en condiciones. El calentador no tenía válvula de seguridad y dos gasistas constataron que la estufa tenía pérdidas. No había rejillas de ventilación”.
Con mucho esfuerzo hicieron todas las reparaciones. Sin embargo, la fuga persistía y todo indicaba que el problema radicaba en el resto del edificio. Un inspector de Litoral Gas dijo que lo mejor era cortar el gas a todos los departamentos hasta que se lograra llegar al fondo del problema pero el resto de los vecinos no tomaron esto nada bien.
“Echaron un líquido, dijeron que no había pérdidas y lo habilitaron. Aquella decisión fue la que hizo que fallecieran 22 inocentes”.
Adrián y su hermana estaban seguros de que el problema persistía así que quisieron llamar a otros inspectores ya que sabían que se trataba de un problema muy delicado. Los vecinos, por otro lado, aseguraron que todo estaba resuelto y volvieron a habilitar el gas.
Débora tenía 20 años de edad cuando perdió la vida.
El juicio comienza este mes pero los Gianángelo fueron los únicos en disponerse a buscar justicia. Las otras 10 familias afectadas acordaron una indemnización a cambio de retirar denuncias penales.
Tres gasistas que cambiaron un regulador el día del accidente, tres inspectores, un jefe de mantenimiento, la gerente técnica y tres administradores del edificio residencial se encuentran enfrentando el juicio para responder por la terrible explosión y la vida de Débora.
“Queremos mantener viva la memoria de mi hermana y que esto no le vuelva a pasar a nadie más”.
Nos unimos a la familia Gianángelo en estos momentos tan difíciles. Han encontrado la valentía para seguir levantado la voz y luchar por la justicia que se merece Débora.
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