El pasado jueves, una escena que ha inundado las redes ha provocado la ira de cientos de usuarios que han manifestado su indignación, tras hacerse público el más evidente caso de agresión racista contra un pequeño que intentaba jugar en un parque infantil, en la zona de Santutxu, en Bilbao, España.
Las imágenes fueron publicadas por la Sociologie des Afro (Afro Sociología), en su red social, las mismas que a su vez fueron difundidas por Desirée Bela-Lobedde,una activista afrofeminista, blogger y conferencista conocida en los entornos afroespañoles y feministas como una de las voces más notables del activismo digital.
En su cuenta de Twitter, Desirée Bela-Lobedde denuncia el hecho de que el acto fue cometido por 2 niñas pequeñas, a la vista de sus padres, quienes a pesar de ser advertidos por la madre del niño agredido, permanecen impávidos ante la cruel situación.
En las escenas se puede ver cómo el pequeño y su madre trataban de jugar pacíficamente en el tobogán de un parque cuando dos niñas le bloquean el paso, y lo empiezan a tocar en la cabeza, para después empujarlo.
En el video se puede escuchar que una de las niñas le dice:
«¡No eres blanco!»
La madre que presencia la escena se llena de paciencia y regresa a ver a los padres del pequeño, pidiéndoles con un gesto que hagan algo al respecto.
Pero al ver que la actitud de las niñas no cambia, decide ser ella la que se cambie de lugar y llevar al pequeño hacia un balancín apartado, para evitar así un problema.
La situación adquiere proporciones mayores cuando las niñas, al parecer querían efectivamente seguir con el acoso hacia la criatura. Las pequeñas siguen al niño hacia el otro juego y continúan empujándolo y golpeándolo en la cabeza, todo esto a la vista de adultos que están en el parque.
La mujer, tras advertir en varias ocasiones al resto de padres presentes, sin lograr un cambio de actitud de las niñas que agreden a su hijo, finalmente se resigna, decide abandonar el lugar y se marcha con el niño de la mano.
«Me gustaría que este vídeo os hiciera reflexionar. Mi infancia ha sido así, relacionándome con niñas y niños que no me dejaban jugar (aunque por suerte no me agredieron físicamente). Más de 30 años después las cosas no han cambiado mucho», publicó la activista en su cuenta de Twitter.