Todas las personas tienen dones particulares, para algunas resulta una tarea difícil descubrirlos, pero para otros son muy evidentes.
Es el caso de Akiane Kramarik una joven de 22 años, de Mount Morris, Illinois, Estados Unidos, pintora y poeta que inició su carrera a la corta edad de 3 años, cuando empezó a tener visiones celestiales a través de sus sueños.
Cuando tenía apenas 3 años, Akiane les comentó a sus padres que había visitado el cielo y en ese viaje Dios le había hablado.
Según esta pequeña, Dios le dijo que le daría un don muy especial para que ella pudiera transmitir su mensaje a la humanidad.
Akiane nació en una familia atea, por lo que a sus padres les resultó muy extraño escuchar a su pequeña hija hablar de esas cosas.
Sus padres cuestionaron sus palabras. Le preguntaron por qué ella estaba tan segura de que era Dios, y la pequeña respondió que así lo sentía.
Ella añadió que era una voz muy calmada, llena de paz y tranquilidad, que le había dejado indicaciones sobre lo que tenía que hacer y cómo la ayudaría para que ella, a su vez, ayudara a otras personas.
Un año más tarde, ella comenzó a hacer bocetos, y un par de años después, estos bocetos comenzaron a tener color y se transformaron en verdaderas obras de arte. Al principio ella sólo dibujaba a los miembros de su familia y a sus mascotas.
Akiane afirma que gracias a sus visiones ella conoció a Jesús de Nazaret.
A sus 8 años realizó una pintura del rostro de Jesús, que llamó “Príncipe de la paz”, manifestando que esas eran sus verdaderas facciones. De todas sus obras esta es la más famosa.
El rostro que pintó Akiane coincide con la visión que Colton Burpo tuvo de Jesús. La primera vez que la vio aseguró que esa imagen era la misma había visto él durante su supuesta visita al paraíso.
Colton, a sus 4 años estuvo al borde de la muerte en una operación de peritonitis y cuando despertó dijo que había visitado el paraíso donde vio a Jesús y a muchos ángeles, incluso a unos familiares que habían fallecido, entre ellos su hermana que había muerto a los 3 meses de gestación.
Para los padres de Akiane fue muy difícil aceptar las revelaciones de su hija, ellos eran ateos, sin embargo, se convirtieron en cristianos gracias a sus pinturas y poesías.
Dios aseguró que me daría un don para que yo lo compartiera con los demás, esa sería una forma de compartir su amor”.
Cuando ella se despierta después de haber tenido algunos sueños con visiones, inmediatamente se las transmite a su madre, quien le acerca el material para que ella pueda plasmarlas.
Desde pequeña me ha regalado hermosas visiones que plasmo en mis lienzos y en poesías para llevarlas a los demás”.
De Jesús ha pintado un par de hermosos oleos, al primero de ellos lo llamó «El Príncipe de la Paz» y al segundo «Perdónales, Padre».
Ella siente que ha sido bendecida con un don muy especial, y asegura que es para ayudar a los más necesitados. Como a las personas más desfavorecidas de África, para quienes desea construir un hospital.
Definitivamente esta joven tiene un gran talento y es muy feliz con lo que hace.
Siempre asegura que sigue sus visiones y crear una obra de arte en base a ellas es su verdadera motivación.
Actualmente, en Estados Unidos es una reconocida artista autodidacta.
Akiane planea abrir una academia de arte para los niños y jóvenes.
Ha realizado giras por varios países para llevar un mensaje de paz y compartir su maravilloso don.
Sin lugar a duda, Akiane tiene un don muy particular que con la ayuda de sus padres ha desarrollado y fortalecido. ¡Comparte su historia!