A veces la vida nos conduce por caminos inesperados y por más resistencia que opongamos hay eventos que encontrarán la manera de aparecer frente a nosotros para enseñarnos algo nuevo.
De esto pueden dar fe Shannon Henson y su esposo, que en medio de los cambios que les imponía la vida lograron entender cuál era su verdadero propósito.
Ellos asistían siempre a la iglesia y en ese espacio pudieron enterarse de lo mucho que su comunidad necesitaban de padres adoptivos y de personas que albergaran a niños vulnerables, pues el número de menores sin hogar era realmente impresionante.
Shannon y su esposo
Antes de comprender esa realidad la pareja nunca había considerado la posibilidad de acoger niños pero al reconocer la importancia de este acto decidieron hacerlo. Durante los próximos años Shannon y su esposo albergaron 5 niños de los cuales terminaron adoptando 2, un par de niñas.
Mientras pasaba el tiempo esta pareja se dedicaba a sus dos hijas y además apoyaba en la iglesia, y llevaba a cabo eventos de la comunidad.
“Un día recibimos una llamada, el pequeño Prior de 3 años, a quien habíamos albergado por más de un año, había sido abandonado por su madre en ese momento y necesitaba una nueva familia adoptiva, y a esto dijimos sí, sin pensarlo”, dijo Shannon.
Ahora eran tres niños de 3, 4 y 5 años y muchas tareas que realizar. Apenas tenían tiempo para ellos, pues además se habían dispuesto a la tarea de crear un campamento de verano para niños de su comunidad.
“Un viernes mi teléfono sonó, era la agencia de adopción pidiéndome cuidar a un bebé que necesitaba atenciones, solo sería por un fin de semana”, comentó Shannon.
En medio de la conmoción por esta noticia, Shannon sintió la necesidad de saltar al rescate de este pequeño indefenso. Sin embargo, sabía que su esposo le daría un rotundo “no” cuando le comentara. Ciertamente ya tenían mucho en sus manos y un bebé al que cuidar era simplemente demasiado.
Sin embargo ambos tomaron unos días para pensarlo y finalmente accedieron a cuidarlo, después de todo era solo por un fin de semana.
Entonces llegó a su puerta un hermoso bebé afroamericano y Shannon sintió una hermosa conexión con el pequeño. Un día de pronto se da cuenta de que la temperatura del bebé subía y decide llevarlo al hospital.
Allí lo acompañó durante todos los días que debieron mantener al bebé bajo atención médica, lo que hizo que Shannon y el pequeño crearan un lazo aún más fuerte.
Lo que debía ser un fin de semana pronto se convirtió en 6 meses de acogida, ya toda la familia, los amigos de la comunidad y la iglesia se sentían encantados con la presencia del pequeño.
Hasta que un día la pareja recibe una noticia que, sin haberlo imaginado, era la noticia que esperaban, el bebé podía ser adoptado y ellos eran los primeros a considerar para la adopción.
Nunca se hubiesen imaginado que su historia tomaría este curso, y aun cuando estaban colmados de responsabilidades encontraron un espacio en su hogar y en su corazón para este nuevo y amoroso ser.
Comparte esta historia con amigos y familiares, el ejemplo de Shannon puede inspirar a muchos a abrir las puertas de su hogar y de su corazón para un niño que necesita el calor de una familia.