Mandy Pollard, de Peterborough en Cambridgeshire es una madre de 37 años que ha decidido difundir su caso para advertir a todos sobre los riesgos del cáncer de piel.
Relató que nunca pensó que la mancha que apareció en la punta de su nariz hace dos años se trataba de una peligrosa lesión que incluso podría acabar con su vida.
Desde que apareció la mancha en su nariz subestimó la importancia de acudir a un médico, hasta que la mancha aumentó de tamaño y ocasionalmente sangraba por las noches.
Los médicos le dijeron la trágica noticia: tenía cáncer de piel. La mancha era maligna y debía ser operada de urgencia, le advirtieron que posiblemente tendrían que amputarle la nariz.
“Solo esperaba ver al cirujano y recibir una crema con esteroides o algo así”, dijo Mandy.
Pero le dijeron que debían retirar la parte afectada de su nariz, al principio ella se negaba a aceptar que esa era la solución.
Sin embargo, aceptó, la operaron y en su nariz quedó un agujero que debió ser rellenado con piel de otros lugares.
“El doctor me dijo que, si no era operada, en cinco o diez años deberé someterme a una cirugía para que me quiten toda la nariz”, dijo la paciente, madre de dos hijos.
“Hablaba de eso como si se tratase de otras personas, pero no era así. Era mi realidad, esta vez el cáncer me afectaba a mí”, dijo Mandy.
Le hicieron un injerto de piel la semana pasada después de que los médicos cirujanos cortaran una parte de su nariz para extraer el tejido canceroso.
Le quitaron piel del costado de su rostro para cubrir el agujero que quedó en su nariz, por eso tiene una cicatriz junto a una de sus orejas.
“Me estoy recuperando, no puedo salir de casa. Lo único que hago es ir a casa de mis padres. Pero incluso cuando me detengo en los semáforos me cubro la nariz con la mano para que nadie me vea”, relató Mandy confesando que no se siente cómoda al mostrar su apariencia.
“Me ha afectado mucho mi apariencia después de la operación. No soy una persona vanidosa, pero me gusta vestirme cuando salgo, ponerme un poco de maquillaje y pestañas”, agregó.
Mandy, madre de Alfie, de siete años, y Harry, de tres años, resaltó que su médico tratante le dijo que era la paciente más joven con un caso así que había atendido.
Actualmente comparte su historia para crear conciencia sobre el cáncer de piel con el que son diagnosticadas más de 100.000 personas solamente en el Reino Unido cada año.
A través de su testimonio insta a todos a usar protector solar a diario.
“Nunca he sido una amante del sol, siempre usaba protector solar y me aseguraba de que mis hijos estuvieran protegidos de pies a cabeza. Odio estar sentada al sol demasiado tiempo, pero ¿qué hay de mi cara? Mi cara la olvidaba, nunca la protegía.
Usaba protector en el resto de mi cuerpo, pero olvidaba mi rostro”, dijo Mandy.
Agrega que si logra que un adolescente tenga consciencia sobre la importancia de proteger su piel de la exposición a los rayos del sol seré feliz.
“No difundo mi caso para que la gente sienta pena por mí, sé que no me estoy muriendo, pero solo quiero crear conciencia. Sé muy bien que otras personas tienen y pasarán por cosas peores que esta, hay mucha gente que muere por diversos tipos de cáncer”, dijo Mandy.
Comparte su mensaje para ayudar a su campaña de concientización a tener los mejores resultados posibles. Un diagnóstico a tiempo puede salvar una vida.