El coronavirus no perdona ni edad, ni raza, ni nacionalidad. Pero al parecer incluso las almas más despiadadas ahora se aprovechan de esa excusa para acabar con la vida sin compasión de las personas que nadie imagina.
Gretchen Anthony, de 51 años de edad, fue reportada como desaparecida en Jupiter, Florida, el 23 de marzo
La maestra de profesión atravesaba una conflictiva situación en su vida, se había separado de su ex esposo, David Anthony, de 43 años, pero todavía el divorcio estaba en trámites.
Fue vista por última vez el 20 de marzo y parecía estar sana. Nadie de su círculo cercano tuvo conocimiento de su paradero, hasta que amigos y familiares recibieron un inquietante mensaje por whatsapp. Todos pensaron que era un mensaje de Gretchen en exclusiva a cada uno.
Luego las autoridades supieron que había algo muy oscuro detrás.
En el mensaje, Gretchen les decía que supuestamente había dado positivo por coronavirus y que desde un Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), le ordenaron que se quedara en el hospital Jupiter Medical Center.
Pero una amiga cercana estaba muy confundida con ese extraño mensaje, así que no dudó en acudir a la comisaría para denunciar lo sucedido.
La policía del Condado de Jupiter no tardó en descubrir que el diagnóstico de COVID-19 de Gretchen era una gran mentira. No se encontraba entre la lista de pacientes del hospital, aunque en los exteriores sí estaba su vehículo Mini Cooper y su bolso.
En investigaciones para recabar toda la información posible, un vecino relató que el 21 de marzo lo despertaron unos “gritos espeluznantes” de una mujer:
“¡No!, ¡no! Me duele”, aseguró en una declaración jurada, que fue lo que escuchó que provenía del patio de la desaparecida.
Mientras que otro residente dijo haber visto la camioneta de su ex esposo y que le llamó la atención que estuviera cubierta por una lona.
Otro testigo incluso juró que la madre de Gretchen recibió un mensaje en el que le decían que su hija «estaba conectada a un respirador».
«A medida que avanzó la investigación y se recopilaron más pruebas, se cree que David E. Anthony es el responsable de su desaparición y homicidio relacionado, que se determinó que ocurrió el 21 de marzo», publicó en un comunicado la Policía de Jupiter.
«El 31 de marzo, los investigadores hallaron a David Anthony y a su vehículo, un Nissan Frontier negro, en Las Cruces, Nuevo México, donde fue arrestado por homicidio en segundo grado y secuestro».
«Mientras resguardábamos su vehículo como prueba, una unidad canina experta en detección de cadáveres también nos alertó sobre la camioneta«, agregaron en el comunicado.
Las cámaras de seguridad del hospital mostraron que el automóvil de Gretchen fue conducido por un «hombre blanco más alto» que salió del lado del conductor del vehículo el 24 de marzo, y lo dejó en el parking del centro hospitalario.
En una investigación en el domicilio de Gretchen encontraron toallas en la lavadora con una «sustancia rojiza que parecía ser sangre».
Revelaron que el acusado permanece detenido sin fianza en prisión, en Nuevo México, hasta ser enviado a Florida. Piensan que fue allí con la intención de huir a Sudamérica. Pero las autoridades todavía buscan el cuerpo de Gretchen, y piden ayuda a la ciudadanía para encontrarlo.
Algunos piensan que su intención era hacer creer a su familia que había muerto a causa del virus y así lavarse las manos. Pero más rápido cae el mentiroso que el ladrón. Sin embargo, todavía las autoridades indagan en saber cuál fue el verdadero móvil del crimen.
Déjanos saber qué opinas de este lamentable caso que ha dado mucho de qué hablar y esperemos que se haga justicia. ¡Descansa en paz, Gretchen!