¿Alguna vez has pensado en el daño que pueden hacer algunas cosas cotidianas al medio ambiente? ¿Qué tanto te preocupas por el mundo? Investigadores de diferentes países han llegado a la conclusión que muchos de los productos de higiene que usamos diariamente son una parte de los causantes de la crisis de plásticos en los océanos.
Te estarás preguntando, ¿en que influyen mis artículos de higiene personal en la contaminación de los mares? Pues la respuesta es simple: las microesferas. Estas son esas pequeñas partículas que encontramos en las cremas dentales, exfoliantes y jabones, que dan esa sensación granulosa, que contribuye a una mejor limpieza.
Lo que no sabías de ellas es que son piezas de plástico del tamaño de granos de arena. Ahora, ¿Qué daño pueden causar estos mínimos fragmento del plástico? En pequeñas cantidades: nada. Pero imagina la cantidad de microesferas que usan todas las personas del mundo. Y, como todos sabemos, el plástico tarda años en degradarse, por lo que es un problema que persistirá por mucho tiempo.
Todo empieza en las mañanas al cepillarte los dientes y cada vez que te duchas, estos son productos que están diseñados para ser desechados por el desagüe. Pero por su pequeño tamaño, estas no son eliminadas al momento de tratar las aguas residuales y esto hace que el recorrido completo termine por llegar a los mares, y una vez allí comienza el verdadero problema.
Estas pueden ser confundidas como alimentos por los animales marinos, principalmente el zooplancton marino, luego por ostras, almejas y otros.
Por lo que las microesferas entran en su tracto digestivo y se acumulan en él. Estos pequeños animales son la base de alimento de otras especies más grandes por lo que forman parte de una cadena capaz de llegar a nuestro plato.
Algunas microesferas son capaces de absorber pesticidas y otros químicos perjudiciales para la salud y, al no ser biodegradables, estarán en nuestra vida por largos años. Se calcula que en algunas zonas las concentraciones de estas son capaces de sobrepasar la cantidad de 4.000 partículas por metro cúbico.
Y, si esto no es suficientemente malo, grandes concentraciones de estas partículas en el mar pueden ser causantes de la turbiedad del mar, fenómeno capaz de producir un cambio físico en el agua, como en la temperatura y la luminosidad, lo que impide el crecimiento de muchas especies.
Varios investigadores de la universidad de California se están enfocando en el estudio de las microesferas y en el daño que causan a los océanos. “La probabilidad de riesgo de contaminación por microesferas es alta, mientras que la solución a este problema es sencilla”, afirmaron.
Países como Australia, Estados Unidos y Reino Unido han prohíbo la venta y el uso de estas partículas, mientras que España, Canadá, Suecia y Dinamarca están en proceso de eliminar del mercado los productos que usan las microesferas.
Y si en tu país no existe una ley que prohíba el uso de estos fragmentos de plástico, puedes ayudar al no comprar los productos que los contienen. Pequeñas acciones como estas pueden cambiar el curso del mundo.
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