La pequeña Alina de apenas 10 años se encontraba tremendamente emocionada cuando concretó una reunión con sus más de 3.000 subscriptores de YouTube, una cantidad considerable de ellos confirmó que iría al encuentro que se daría en un parque de la ciudad Nizhnekamsk, donde reside la pequeña junto con sus padres.
Sin embargo, el corazón de la pequeña quedó destrozado cuando, tras más de media hora esperando, nadie apareció.
Alina no tardó en subir un video donde les pedía a sus subscriptores que no volvieran a mentirle de esa manera ya que se había ilusionado muchísimo y había llevado caramelos y juegos para compartir con los que, hasta el incidente, había considerado sus amigos; el video concluye con la pequeña llorando y repitiéndole a sus seguidores la petición de que no le volvieran a mentir.
La pequeña Alina se había hecho famosa en la plataforma haciendo slime y mostrando sus juguetes; actualmente este video tiene más de 1.2 millones de visitas y ha despertado fuertes reacciones en la comunidad de YouTube.
Alina ha obtenido desde un incremento impresionante en sus subscriptores, hasta comentarios de preocupación de quienes quieren saber qué clase de padres dejan que su hija de apenas 10 años, no solamente tenga un canal de YouTube y suba contenido, sino que también organice reuniones con desconocidos.
Ahora, en gran parte gracias al video de la pequeña desilusionada, su cuenta de YouTube tiene alrededor de 50.000 subscriptores y varios Youtubers rusos de renombre han decidido ayudar a Alina a tener una reunión con sus fans donde esté asegurado que estos asistirán.
Esto obviamente ha reavivado la preocupación de gran parte de la comunidad de YouTube quienes temen que la pequeña blogger pueda ser víctima de pedófilos o depredadores que se hacen pasar por fans inocentes emocionados de poder conocerla.
Comentarios por el estilo de: “¿Por qué sus padres permiten que organice una reunión así? ¿En que están pensando?” han chocado con reacciones como las de Alexander Sazonov: “Por el amor de Dios, una pequeña niña va emocionada a conocer a sus fans y termina frente a una cámara con el corazón destrozado”.
Verdaderamente es difícil decidir de qué lado estar, por una parte es necesario tener en cuenta los peligros de contactarse con extraños por Internet, pero por otro lado tenemos la emoción inocente de una niña que solo quiere conocer a las personas que siempre dejan comentarios agradables en sus vídeos sobre juguetes y muñecas.
¿Qué opinan con respecto a esta delicada situación? ¿Creen que Alina deba seguir con la organización de su segunda reunión de fans? ¿Y qué actitud deberían tener sus padres?