Una mujer de Plymouth, Inglaterra, está molesta por el incidente sufrido en un tren, cuando se le dijo que se moviera de asiento porque otro pasajero quería más espacio para sus piernas.
Amelia Ayres, de 24 años, sufre esclerosis múltiple, una condición que la hace sentir como si «trozos de vidrio se clavaran en sus huesos” cada vez que se mueve.
El incidente ocurrió el noviembre pasado. Amelia viajaba en tren junto a su madre y debido a su condición se ubicó en un asiento para personas con condiciones especiales.
Según reseña la chica, un hombre alto se le acercó y le dijo de forma grosera que se retirara porque necesitaba el asiento. La justificación del sujeto era sencilla, tenía piernas largas y necesitaba ocupar ese espacio.
“Me senté en un asiento para discapacitados en un tren cuando un hombre alto me miró y me dijo: ‘Necesito que te muevas para sentarme allí porque tengo piernas largas’. Mi madre miró al hombre y dijo ‘hay un cartel con discapacidad, mi hija tiene EM y es discapacitada’, y él se fue manoteando”, relató Amelia.
Amelia Ayres fue diagnosticada con esclerosis múltiple en abril de 2014, después de casi un año sufriendo fuertes dolores de cabeza. Aunque su apariencia es normal, esta condición autoinmune degrada la cubierta protectora de sus nervios. Razón por la cual presenta problemas con el movimiento de sus piernas y brazos. Su equilibrio, visión y tacto también se han visto afectados.
Algunos días Amelia sufre fatiga extrema y su pensamiento se nubla. Para ella es muy difícil tener que lidiar con su condición y, además, explicarles a las personas la razón por la cual hace uso de una tarjeta para discapacitados.
«La EM me puede engañar para que piense que estoy bien. Comienzo a caminar y, después de 10 minutos, siento un dolor espantoso en las piernas. Mis pantorrillas se sienten tan pesadas como troncos de árboles y me siento como en arenas movedizas”, confesó la joven.
Además de estos síntomas, el dolor es insoportable. Amelia lo describe como “si tuviese fragmentos de vidrio clavándose en sus piernas». Pero su enfermedad puede no llegar a ser notoria para otras personas, pues en apariencia la joven luce completamente sana.
Por tal motivo, le resulta molesto tener que lidiar con aquellos que la cuestionan por no considerarla discapacitada.
“Cada vez que vamos al supermercado, la gente me mira interrogativamente porque me veo ‘bien’. Lo mismo sucede cuando uso un baño para discapacitados”, expresó Amelia.
El incidente con el hombre en el tren no ha sido el primero que ha experimentado la joven. Sin embargo, la actitud del sujeto la marcó. Por esa razón Amelia ha decidido crear un grupo en Facebook que brinde apoyo a las personas con esclerosis múltiple, así como a sus familiares.
Este es un primer paso en una lucha que la chica ha emprendido, no sólo por combatir la enfermedad sino los estigmas alrededor de ella. Esperamos que su ejemplo y su voz nos ayuden a crear consciencia sobe las personas con discapacidad ofreciéndoles el respeto que merecen, nadie debería vulnerar sus derechos.
Comparte esta nota y multiplica la denuncia de Amelia para que esta clase de atropellos no vuelvan a suceder.