«No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no sea un guía. Solo camina a mi lado y sé mi amigo» Albert Camus.
La vida nos sorprende con esta bella y aleccionadora historia, es una fuente de inspiración para agradecer y disfrutar cada día, de darle un sentido para seguir adelante con lo que tiene valor, indudablemente la amistad es una de ellas.
Al noreste de China, en un pueblo llamado Yeli nacieron dos hombres que a pesar de sus limitaciones físicas, tienen un espíritu hermanado que no sabe de fronteras. Se conocen desde la infancia, sus padres eran vecinos. Estos buenos amigos decidieron recorrer juntos la travesía de la vida y hacer algo increíble, uno tiene los brazos y otro la luz.
Una amistad ejemplar que nos pone a pensar y mirar el mundo desde otra perspectiva.
Wenqi, de 54 años, perdió ambos brazos cuando apenas tenía tres años de edad tras sufrir un trágico accidente que se produjo al tocar líneas eléctricas de alta tensión.
Haixia, de 55 años, nació con cataratas congénitas, había perdido la visión en el ojo izquierdo, después perdió la vista de su otro ojo de forma inesperada debido a un accidente laboral en el año 2000. Nadie esta preparado para algo así, le fue muy difícil creer y enfrentar la dura realidad de haber quedado ciego, además pensaba en su esposa y su pequeño hijo que mantener.
Su amigo de toda la vida lo convenció: juntos podían lograr cualquier cosa.
Ambos estaban enfrentando las dificultades de no poder conseguir un empleo, ninguno quería rendirse, ni ser una carga para la sociedad. No tenían muchas opciones, así que idearon un proyecto para ganarse el sustento diario trabajando. Decidieron plantar arboles, al mismo tiempo se dieron cuenta de algo más: podían marcar la diferencia.
Sería muy fácil haber desistido, pero encontraron la manera de enfrentar grandes desafíos y vivir al máximo el tiempo con lo que tienen.
“Yo soy sus manos. Él es mis ojos. Somos buenos compañeros”, afirma Haixia
Durante años, la contaminación de la cantera en la que trabajó Haixia hizo estragos en el campo, convirtiéndolo en un páramo desprovisto de vida silvestre. El aire contaminado y el agua amenazaban su aldea.
Arrendaron al gobierno local una porción de terreno de 7,5 hectáreas a lo largo de una ribera con el objetivo de plantar árboles y ganar un modesto ingreso que les permitiera sacar adelante a su familia y dejar a las generaciones futuras un mundo mejor.
Comenzaron a plantar en el 2002, en el primer otoño plantaron 800 pero cuando regresaron en primavera los destrozó saber que sobrevivieron dos árboles, esto no les impidió embarcarse en una emocionante y físicamente exigente labor.
Han hecho lo impensable, encontraron una manera única de trabajar sacando lo mejor de sus capacidades, en 15 años han transformado un extenso tramo que antes era una llanura seca, llena de roca y maleza al norte de la aldea de Yeli en el municipio de Sunzhuang, en el condado de Jingxing, Hebei, China, en un exuberante bosque.
Se estima que Wenqi y Haixia han plantado más de 10.000 árboles, lo que ha atraído un número significativo de aves y otros animales, ayudando a preservar la ecología y proteger a su aldea de las inundaciones.
Todos los días se levantan muy temprano, salen de sus casas a las siete de la mañana con sus herramientas, para cruzar el río Wenqi carga sobre su espalda a Haixia.
Sin el dinero suficiente para comprar semillas o nuevas plantas, se encargan de seleccionar y extraer esquejes de otros árboles que han crecido en la zona y que se convertirán en los nuevos árboles.
Haixia toma de la manga a Wenqi en sus caminatas, usa su hombro para ayudar a su amigo a subir a la cima de los árboles que plantaron hace años para cortar las ramas que se convertirán en nuevos árboles. Al bajar cavan los agujeros y plantan los esquejes y se encargan del riego.
Es un trabajo que demanda mucha paciencia y resistencia, imaginen una persona normal que trabaje con las manos en los bolsillos, como Wenqi, «Aunque no hemos logrado mucho en una docena de años, reconocemos nuestro esfuerzo», dice Haixia.
Wenqi por su parte comenta “Nos mantenemos en pie, los frutos de nuestro trabajo son los más dulces… encontramos la paz en nuestros corazones”.
La buena acción de estos hombres no ha pasado desapercibida, las personas han dado demostraciones de apoyo después que su historia se diera a conocer volviéndose viral en China.
Se han ofrecido a ayudar con sus pensiones, la agencia de noticias “Xinhua News Agency” compartió la emocionante noticia que Haixia podría recuperar la visión de su ojo izquierdo gracias a una cirugía que un equipo de médicos estarían dispuestos a realizar de forma gratuita.
Cuando tienes un amigo, no es por lo que tiene o hace, sino por quién es, te importa de verdad y no te detienes a pensar en ti mismo porque serás capaz de velar por su bienestar.
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