Ser madre es también entender el mundo de otra manera, pues a partir de ese momento no hay nada que valga más que el bienestar y la felicidad de tus hijos, ni siquiera tu propia vida. Por esta razón es tan habitual toparse con historias de mamás que lo sacrifican todo por su familia.
Recientemente, una mujer ha impactado al mundo entero por haber mantenido sanos y salvos en el vientre a sus mellizos… Después de haber haber fallecido.
Su nombre era Frankielen da Silva Zampoli Padilha, de Campo Largo, al sur de Brasil, y tenía apenas 21 años cuando murió a causa de una hemorragia cerebral.
Tan solo habían transcurrido 9 semanas del embarazo de Frankielen cuando su esposo, Muriel Padilha, la encontró en su casa vomitando y con un fuerte dolor de cabeza que se extendía hasta la parte trasera del cuello y que, según la joven madre, «la iba a hacer colapsar».
Para cuando Frankielen llegó al hospital, ya presentaba una severa hemorragia en el cerebro y tres días más tarde los doctores declararon que sufría muerte cerebral.
Frankielen y Muriel habían tenido una hija antes de los mellizos, Isa Beatriz, de 2 años.
«Los doctores me dijeron que le darían tres días más a los bebés porque mi esposa había recibido analgésicos muy potentes y muchos antibióticos, además de varias tomografías, lo que quería decir que ya no había nada más que hacer por los bebés«, explica Muriel.
«Dijeron que apenas sus corazoncitos dejaran de latir, desconectarían los aparatos y entonces podría enterrar a mi esposa».
Pero el corazón de los bebés nunca dejó de latir y ahora le correspondía a la familia de Frankielen tomar una difícil decisión: dejar conectada a la chica sin vida para que los bebés pudieran crecer en su vientre.
El equipo médico se asesoró con un doctor de Portugal que atendió el caso de una mujer que tuvo a su hijo en el vientre 107 días después de haber fallecido. Puedes ver su historia aquí.
«Hicimos un ultrasonido pensando que los bebés habían fallecido en el vientre, pero para nuestra sorpresa ellos seguían aferrándose a la vida», explica el doctor Dalton Rivabem, jefe del departamento de neurología. «Los órganos de Frankielen estaban intactos, así que la mantuvimos con vida para salvar a los bebés aún no nacidos».
«Los vimos crecer en el vientre con total normalidad».
Desde entonces, el personal médico, las enfermeras, nutricionistas, fisioterapeutas y muchos otros profesionales de la salud se dedicaron día tras día a brindarle a los mellizos el amor y el calor humano que su mamá no podía darles.
«Buscamos canciones para niños y se las tocamos a los bebés en el vientre. Incluso inventamos varios temas nuevos para ellos», cuenta la capellán y terapeuta musical Erica Checan. «Decoramos el área alrededor de la cama de Frankielen y toda la Unidad de vigilancia intensiva estaba repleta de amor, afecto y ánimo para los bebés y para la familia«.
«Les decíamos ‘los amamos’ todos los días».
Nadie pudo contener las lágrimas cuando los bebés finalmente nacieron. Ana Victoria vino al mundo pesando 1.4 Kg, mientras que su hermano, Asaph, pesó 1,3 Kg, peso comparable al de cualquier bebé prematuro de la misma edad.
Frankielen es la mujer fallecida que más tiempo ha llevado un bebé en el vientre… ¡Y eran dos!
Los recién nacidos permanecieron en incubadoras durante tres semanas y actualmente son cuidados por la madre de Frankielen, Angela Silva, mientras Muriel trabaja. «Estoy muy orgullosa de mi hija. Ha sido duro perderla, pero ella fue una guerrera hasta el final, protegiendo a sus hermosos niños y manteniéndolos con vida hasta que murió», comenta Angela.
Por su parte, el orgulloso padre cuenta que esposa, con quien mantuvo una relación de seis años, suele aparecérsele cuando la tristeza lo supera y le pide llorando a Dios que por favor se la regrese a sus brazos.
«Una noche se sentó en mi cama y me dijo: ‘mi amor, no puedo regresar contigo, debo quedarme. Ahora estoy en un lugar muy hermoso y tú aún tienes una gran misión que cumplir: tienes que cuidar a nuestros hijos y ser fuerte para que puedas continuar con tu vida«.
La historia de los Frankielen y los mellizos tocó el corazón de muchas personas en Brasil… ¡Desde que se hizo pública, los regalos y donaciones no han parado de llover! Gracias a la solidaridad de la gente, Muriel, quien es granjero, ha podido restaurar la casa de la familia y así adecuarla para la llegada de los mellizos.
¡No dejará nunca de impresionar lo que una madre puede hacer por sus hijos, incluso cuando no tiene consciencia de ello! Comparte esta fascinante noticia con todos tus conocidos.