Anais Fourner era una adolescente de apenas 14 años de edad cuando salió con sus amigos una tarde a un centro comercial.
Allí bebió 710 mililitros de la común bebida energizante de marca Monster, que muchos chicos de su edad y adultos, ingieren sin medir las consecuencias.
No pasaron ni 24 horas y la joven de Hagerstown, Maryland, perdía la vida a causa de un paro cardíaco. Los médicos la habían mantenido en un coma inducido durante 6 días para evitar la hinchazón de su cerebro mientras su familia, y especialmente su madre Wendy Kline, esperaba un milagro.
Tristemente, eso no sucedió y Anais partió de este mundo ante la impotencia de todo el equipo médico y su madre que lloraba su muerte inesperada.
Wendy relata que nada parecía fuera de lo común esa fatídica noche, su hija estaba en casa con una amiga viendo una película en el salón cuando de pronto ésta bajó corriendo las escaleras. Su instinto de madre le hizo saber que algo grave pasaba.
«Subí corriendo las escaleras. La vi caer de costado en el sofá. Me senté a su lado, golpeé su mejilla y grité su nombre. ¡¡ANAIS, despierta !!!, y sus ojos giraron hacia atrás. Había un sonido burbujeante y jadeante que salía de su garganta. ¡Dejó de respirar!», cuenta la madre.
«Le pregunté a su amiga sobre sus actividades en el centro comercial antes de que esto sucediera.¡Prometo que no me enojaré, solo necesito que seas honesta!«, agrega.
Las 2 bebidas energizantes que había ingerido Anais habían enviado 480 miligramos de cafeína a su torrente sanguíneo, lo que era una dosis 5 veces mayor a lo que recomiendan los médicos para su edad.
Lo que consumió Anais equivalía a 14 latas de Coca Cola
El certificado de defunción de Anais indicaba que la causa de su muerte era una arritmia cardíaca debida a la toxicidad de la cafeína.
La pequeña falleció el 23 de diciembre de 2011, a partir de entonces su familia ha liderado una lucha a brazo partido contra la marca Monster, así como una campaña de advertencia a tantos padres y adolescentes sobre los riesgos potenciales asociados con las bebidas altamente cafeinadas.
“Con sus colores brillantes y nombres como Monster, Rockstar y Full Throttle, estas bebidas se dirigen a los adolescentes sin supervisión ni responsabilidad. Estas bebidas son una trampa mortal para los niños y niñas en desarrollo, como mi hija Anais”, advierte Wendy.
Existía un grave vacío legal y es que los refrescos están obligados a tener un límite de cafeína y mostrarlo, pero eso no sucede con las bebidas energizantes.
Sin embargo, Monster Beverage Corporation alegó que sus bebidas no eran “de ninguna manera responsables” de la muerte de Anais, ya que llevan etiquetas con advertencias de que no son recomendables para niños o mujeres embarazadas.
Pero tras la presión de la familia de Anais y el ruido que se generó alrededor de su muerte, las acciones de la compañía cayeron en picada. Finalmente, 2 años después la empresa decidió que comenzaría a mostrar niveles de cafeína de sus bebidas en las etiquetas.
La madre fue más lejos tratando de que prohibieran la venta de esas bebidas a adolescentes, pero su petición fue denegada. Sin embargo, su lucha continúa.
“Ya son 7 años de la marcha de Anais. Nuestras vidas han continuado, pero falta una gran parte de nosotros. Si puedo salvar la vida de una persona o de otra familia de pasar por el infierno de perder a un ser querido, todo valdrá la pena”, concluye Wendy.
Comparte esta impactante historia para ayudar a Wendy en su campaña de advertencia sobre el riesgo de este tipo de bebidas, podría salvar una vida. ¡Vuela alto, Anais!