«Hasta que la muerte los separe», esa frase tan repetida y que tristemente con el tiempo parece que hubiera perdido el valor que ha tenido desde siempre. Y es que en la actualidad, son pocas las parejas las que a pesar de todas las contrariedades, permanecen el uno al lado del otro, hasta el lecho de muerte. Y además, que vivan muchos años en la tierra, ya es una gran bendición.
Tal es la historia de doña Josefina Martínez Balseiro, de 85 años, y Teodoro Díaz Martínez, de 87.
Los octogenarios han partido al más allá el pasado 19 de noviembre con la frente en alto, con el orgullo de haberse amado hasta el final. Sus vecinos y familiares están profundamente devastados. Y es que se amaban tanto que con apenas 2 horas de diferencia han fallecido para seguirse entregando el uno al otro en la eternidad.
Los ancianos vivían en la parroquia de Ribeiras do Sor, en la localidad de Mañón, en Galicia (España)
Cuentan sus familiares que cuando Josefina se despertó sobre las siete de la mañana, encontró a Teodoro ya sin vida a su lado y no pudo asimilarlo. La impresión fue tan grande que dos horas después fallecía ella de un infarto. Al parecer, estaban pasando unos días en casa de su hija única, en A Coruña, donde ocurrió su muerte inesperada.
«Teodoro necesitaba hacerse algunas pruebas: llevaba una temporada un poco flojo. Nada grave», comenta un familiar.
“Era un matrimonio como los de antes, de esos que duraban toda la vida”, comenta por su parte un vecino.
Los ancianos vivieron seis décadas juntos sin separarse.
La pareja era muy conocida en su pueblo por su ejemplo de amor y fidelidad, pero sobre todo por su admirable abnegación tras haber cuidado tan bien de la madre de Josefina, doña María Balseiro Rodríguez, que falleció justamente a comienzos de este año, a apenas un mes de cumplir los 106.
«Junto a la abuela, siempre estuvieron Josefina y Teodoro. Siempre a ambos lados de ella, amparándola; siempre discretos y pendientes».
Josefina (izquierda) junto a la abuela y Teodoro (a su derecha)
“Es algo insólito; no se suelen dar, al menos en Galicia, estos casos en los que los dos miembros de un matrimonio, después de toda una vida juntos, mueren también juntos. Aquí está todo el mundo impresionado”, cuenta Alfonso Emilio Balseiro, primo de Josefina.
Teodoro era un reconocido zapatero, que no sólo arreglaba los zapatos a toda la gente del pueblo, sino que además él mismo confeccionaba sus propios diseños, mientras que Josefina enseñaba a coser a las mujeres del pueblo.
Sus restos fueron enterrados, juntos, en el cementerio de Ribeiras do Sor.
Es admirable el ejemplo que esta pareja ha dejado al mundo, ahora sí que estarán juntos para siempre. Enviemos un mensaje de solidaridad a sus familiares y no te vayas sin compartir este hermoso testimonio de amor.