Ver partir a un ser querido es lo más doloroso que puede existir. Con el pasar de los años, la ley de la vida dicta que algún día nuestra pareja marchará al otro mundo, no sabemos ciertamente ni el día ni la hora, pero desde luego para un anciano tener que despedir a su esposa amada con la que ha compartido toda una vida, debe ser lo más desgarrador.
Es la triste experiencia por la que tuvo que pasar Jim Morgan, un anciano de casi 96 años de edad, que enviudó repentinamente.
Sin embargo, a pesar del dolor de la pérdida de su amada, tenía un gran consuelo, y ese era su otro fiel compañero, su perro Sandy.
Pero lo más doloroso estaba por sucder… Y el anciano de Northland, Nueva Zelanda, definitivamente no estaba preparado para afrontarlo.
Sandy era lo único que Jim tenía en la vida, pero fue brutalmente atacada por unos perros de pelea.
Una vecina del anciano, Cynthia Moran, fue testigo del terrible incidente. Jim regresaba de su caminata habitual cuando la mujer escuchó y vio cómo el pobre Sandy caía en las garras de los 6 salvajes perros que habían sido entrenados para arrebatarle la vida a cualquiera.
“Escuché un ruido horrible y ahí estaba Jim en el suelo rodeado de seis perros. La pata trasera izquierda de Sandy estaba cayendo y había una gran herida en él», dijo Cynthia.
Sandy quedó herido de gravedad debido a que los perros estaban sin corrrea, y aunque su dueño estaba cerca de la zona del altercado, no hizo nada para impedir que atacaran.
“¡Estaba ejercitando a sus perros de pelea en la calle! Podrían haber agarrado a cualquiera, a un niño, a un bebé. Están preparados para quitar la vida. Tan pronto como vieron a Sandy, eso fue todo”, concluyó Cynthia.
El pobre anciano tenía el corazón destrozado. No era suficiente con haber perdido a su esposa, ahora la vida de Sandy pendía de un hilo, y de la manera más injusta que se pueda imaginar.
Para rematar la situación, su familia vivía en Australia. Por lo que, a pesar de ser sordo y casi ciego, él no dejaba de sacar a pasear a su amado perro 2 veces al día. Tristemente, una de esas salidas terminó en el peor final jamás pensado.
Jim confiaba en que Sandy sería fuerte y sobreviviría a las graves lesiones. Le habían dicho que tendrían que amputarle una patita, pero a él eso no le importaba con tal de tenerlo a su lado.
Pero tristemente, las heridas fueron superiores a sus fuerzas y a Jim le dieron la peor de las noticias.
El pobre Sandy sucumbió a las heridas y falleció esta semana.
Para Jim fue terriblemente doloroso tener que aceptar la partida de Sandy. Sentía que el mundo se le venía abajo.
Se quedaba completamente solo, sin tener un hombro en el que llorar…
“Estaba diciendo que no quería, y yo solo dije que a veces tenemos que hacer las cosas más bondadosas, incluso cuando es difícil”, dijo su vecina.
Esperamos que este pobre anciano encuentre el consuelo que necesita para afrontar esta pérdida irreparable.
Ojalá que su familia pueda suplir en algo el vacío que le dejó Sandy. Comparte esta noticia con tus amigos.