Un día de playa junto a su familia marcó la vida de un hombre que no supera el horror que vivió esa tarde. Aunque es reconocido como héroe por haber salvado a dos niños, el paramédico de 41 años, Andrew Brooker no puede evitar sentirse culpable por lo ocurrido en una playa Wollongong donde un hombre murió en pleno rescate.
La tarde de la tragedia, el rescatista disfrutaba de un paseo junto a su esposa, la Sra. Rosso de 27 años, y a su hijo Luca, cuando escucharon los gritos de auxilio de una familia desesperada.
Dos de los niños habían sido arrastrados por las fuertes olas y eran conducidos a las profundas aguas. De inmediato, el Sr. Brooker tomó acción en el hecho y se adentró al mar para rescatar a los pequeños.
Este hombre aún recuerda la furia del oleaje. Momentos antes del accidente, él y su esposa estaban en la orilla de la playa junto a su hijo Luca cuando una furiosa ola chocó contra ellos y arrastró al pequeño. Ante el temor de su hijo, los padres decidieron dar un paseo y alejarse del agua.
“Hacía viento y estaba nublado, y las olas estaban realmente picadas, nadie debería haber estado en el agua”, dijo el rescatista.
En el momento de actuar, Andrew nadó hacia un primer niño y pudo llevarlo a la orilla sin mayores complicaciones. Desafortunadamente, al regresar al mar para sacar al otro pequeño las circunstancias fueron distintas.
El hombre luchó contra las impetuosas olas que lo sumergieron durante minutos sin poder salir a la superficie. La fuerza de las olas había aumentado o, quizás, el hombre no contaba con la misma energía para resistir como en un primer momento.
«Hubo ocasiones en los que estuve sumergido bajo el agua, unos dos minutos continuos. En este punto pensé que iba a morir, no esperaba volver a la costa», comentó el Sr. Brooker.
Ya débil, el hombre pudo llegar al segundo niño y cuando luchaba para regresar a la orilla otro rescatista apareció en la escena. Esto fue un verdadero milagro para Andrew, quien ya se encontraba bastante exhausto. De ese modo, entregó al niño a este hombre, mientras él intentaba resistir para llegar sano a la orilla.
«El hombre nadó hacia mí, así que le dije: ‘agarra al niño’ y me di la vuelta y comencé a nadar hacia la orilla», dijo el Andrew Brooker.
Pero al llegar a la orilla, el rescatista vio que el niño y el hombre se habían separado y que el pequeño era traído por un surfista. El cuerpo del hombre terminó flotando inerte hasta la orilla minutos después. Shaun Oliver, de 32 años, intentó rescatar a los pequeños pero en su heroico acto sufrió un paro cardíaco que le quitó la vida.
«Cuando llegó la ambulancia, la envié directamente a él, pero lamentablemente perdió la vida», dijo Brooker.
Andrew fue reconocido como héroe en su país. Sin embargo, este reconocimiento tiene para él un sabor agridulce. Está feliz de haber podido ayudar a la familia de los pequeños, pero se siente responsable por haber dejado al hombre en el mar junto al niño y no haber tratado de continuar con el pequeño, utilizando su propia fuerza. El rescatista se reprocha ese momento de flaqueza que, según él, pudo haber salvado a Oliver.
A pesar de vivir con la “culpa del sobreviviente”, la valentía del Sr. Brooker no puede ser discutida. Gracias a su acto dos niños pudieron salvarse de una inminente muerte. Y aunque Andrew no desee conocer a la familia a la cual ayudó debe encontrar calma en la idea de que gracias a su acción los jóvenes no tuvieron un desenlace fatal.
No cabe duda que los héroes de la vida real están presentes en todas partes. Comparte con tus amigos la historia de este paramédico que se ha convertido en un reconocido héroe en su país.