Angela y Michael Bakker esperaban con alegría la llegada al mundo de su pequeña bebé, pero su sueño se opacó por un instante cuando la ilusionada madre dio a luz quince semanas antes de la fecha prevista.
Naomi Joy, la amada y esperada bebé se adelantó al parto y nació cuando tenía solo 25 semanas de gestación pesando menos de 450 gramos. Las condiciones de la pequeñita disminuían las posibilidades de que pudiera sobrevivir.
Fue una de las bebés más pequeñas nacidas en Reno, Nevada. Naomi necesitaba atención las 24 horas, y el personal de la Unidad de cuidados intensivos neonatales del Renown Regional Medical Center estuvo siempre pendiente, brindándole todo el amor y cuidado posible.
Trabajaron duro para mantener con vida y saludable a la bebé, y jamás se apartaron de ella. Pero a pesar de sus cuidados, los médicos y las enfermeras sabían que lo más importante era el afecto que la pequeña bebé pudiera recibir de sus padres. Estaban convencidos de que si Angela tenía contacto directo, piel a piel con su hijita el proceso de recuperación se facilitaría.
Por eso, el personal que cuidaba a Naomi decidió sacarla de su sitio de cuidados especiales y la colocaron cuidadosamente sobre el cálido pecho de la sonriente madre, que la recibió con mucho amor y alegría. Fueron ocho enfermeras quienes ayudaron a transferirla de su incubadora al pecho de su madre.
Fue un momento sublime y tierno ver a esta pequeña bebé sostenida por primera vez por su feliz madre. En las imágenes se puede ver cuando la bebé agarraba el dedo de Angela con su diminuta manita, No existen palabras para describir lo hermoso de ese instante.
Esta hermosa escena se repitió todos los días mientras la pequeña estuvo en el hospital. A Michael también se le permitió sostener a su hija, y eso les dio fuerzas para luchar por la vida de la pequeña y afortunadamente día a día su estado de salud mejoró.
Han pasado cuatro años de eso, y gracias al amor y cuidados de unos padres amorosos y del dedicado personal que los ayudó en tan difícil momento, Naomi es una linda niña, sana y muy feliz. En nada se parece hoy día a aquella diminuta criatura de piel traslucida que decidió salir antes de tiempo del seguro y cálido vientre de su madre.
Este maravilloso acontecimiento nos recuerda que los milagros están en todas partes a nuestro alrededor; todo lo que tenemos que hacer es mirarlos y abrazarlos. No hay nada que el amor sincero y puro no pueda vencer.
Comparte esta emotiva historia con todos tus amigos y recuerda que no hay fuerza más poderosa que el amor, mantente fuerte a pesar de las dificultades.