Anna O’Brien tiene 258 mil seguidores en su perfil de Instagram, es una modelo de talla grande que se ha convertido en símbolo de la belleza natural de la mujer promoviendo la ruptura de los falsos estereotipos arraigados en la sociedad.
La modelo estadounidense conocida como Glitterandlazers lucha por romper los esquemas y fortalecer la autoestima de aquellas mujeres que se han sentido discriminadas por su talla o su apariencia.
Pero para eso ha tenido que lidiar con crueles críticas y comentarios que la condenan por su peso.
Anna denunció el pasado domingo que había sido víctima de maltrato en un hotel en Las Vegas mientras se tomaba una foto en bikini cuando un guardia de seguridad se acercó a ella para decirle que se cubriera.
“Estábamos haciendo una sesión de fotos en un área del hotel cuando un guardia se acercó y me pidió que me vistiera. Dijo que debía ponerme la ropa porque no tenía permitido usar un bikini”, explicó la modelo.
Relató que intentó conversar con el guardia de seguridad del hotel, pero no obtuvo respuesta. “No me escuchó, le enseñé los correos electrónicos del equipo de relaciones públicas, pero le dio igual. Además, había otras chicas en bikini que paseaban por las instalaciones del hotel y no se les prohibió nada”.
Anna compartió una de las fotos que se tomó en el hotel en su perfil de Instagram antes de que el guardia le prohibiera permanecer así. Junto a la imagen ella relató lo que había ocurrido.
“Claro, chicas delgadas en tanga y pezoneras están bien, pero una chica de talla grande y cubierta con un bañador, intentando sacarse una foto de editorial es demasiado”, condenó la modelo.
Desde que publicó su experiencia ha causado polémica en las redes, hasta ahora no hay constancia de que el hotel donde ocurrió el incidente se haya pronunciado al respecto disculpándose con ella, pero el caso le ha dado la vuelta al mundo, la modelo no ha querido revelar el nombre del hotel.
Anna ha viajado por muchos países, miles de fans siguen su trayectoria y hoy condenan el maltrato que recibió.
Ella explicó que tenía autorización para realizar en las instalaciones del hotel la sesión fotográfica, “pedí a un fotógrafo que me hiciera fotos en bikini y antes lo consulté con el hotel. Me dijeron que podía hacerme fotos en cualquier lugar exceptuando el piso del casino, siempre que no tuviera un equipo muy grande”.
Anna alega que su peso fue la causa de la prohibición del guardia de seguridad porque había muchas mujeres en bikini, pero ella fue la única en recibir una advertencia.
“Otras mujeres paseaban por el hotel en bikini, pero nadie les decía nada, no quiero pensar mal de la gente, pero no puedo evitarlo”.
Asimismo, comentó que considera que es irónico que haya podido hacerse sesiones de fotos en muchas ciudades del mundo y fuera precisamente en Las Vegas donde fue juzgada.
“Que nos vean. Ya no nos escondemos y vamos a ponernos lo que queramos y donde queramos. No solo en Las Vegas, sino en todos lados”, aseguró Anna.
Detrás de este incidente hay una lección importante, todos debemos crear conciencia sobre la igualdad y el respeto, nadie merece ser discriminado por su condición. Compártelo en tus redes.