La magia del amor de madre va más allá de la vida, esta es una historia que, aunque está marcada por la tristeza y la nostalgia de la despedida física de una mujer que deja una hija muy pequeña también nos regala una valiosa lección de amor.
Elisa Girotto es una mujer de 40 años que lamentablemente perdió la vida a causa del cáncer terminal de mama que acabó con ella en tan sólo meses después de su diagnóstico definitivo.
Esta mujer en sus días de agonía no dejó que el dolor se apoderara de lo más grande que tenía en vida para disfrutar y sentir… ¡El amor de su hija!
El pasado 12 de agosto Elisa contrajo matrimonio con Alessio Vicenzotto, quien ha relatado esta sentida y encantadora historia. Fue una boda que se planeó considerando el poco tiempo que le quedaba a Elisa según el pronóstico de los médicos.
Los médicos dieron el diagnóstico definitivo el pasado mes de julio del estado del cáncer de mama, estaba en su etapa terminal y había comprometido al hígado y a los pulmones.
En ese momento ellos escucharon la terrible noticia que nadie desea oír, un pronóstico de vida de tan sólo un par de meses. Así que decidieron adelantar la boda.
Hace un poco más de un año ella había cumplido su sueño de ser madre y al ver que lamentablemente el tiempo para verla crecer se estaba diluyendo en medio de su enfermedad ella encontró una manera muy especial hacerle sentir a su hija que siempre la acompañaría.
No se dejó vencer por la agonía de sus últimos días y se dedicó a escoger con el alma los regalos que su hija recibiría los próximos 18 años de parte de su madre. Cada Navidad y cada cumpleaños Anna, la hija de Elisa recibirá el más especial de los regalos seleccionado por quien le dio la vida.
Alessio comentó que él desconocía que su mujer estaba comprando a través de Internet los regalos para su hija hasta que cumpliera los 18 años.
Ella no se desanimó y le dijo que tenía muchas cosas que hacer y que lo haría antes de partir. Entre esas cosas estaba escoger un regalo para que Anna recibiera al cumplir años y al llegar la Navidad de parte de quien sería en ese momento su ángel de la guarda, la estrella que siempre la acompaña e ilumina su camino.
Él se percató cuando empezó a recibir distintos paquetes en diferentes oportunidades que había juegos para cada edad. Le preguntó a su mujer para quién eran todos esos encargos y su respuesta fue simple y llena de inmenso amor… ¡Para Anna y los debía guardar!
Me explicó qué regalos eran para cada Navidad y para cada cumpleaños hasta sus 18 años”.
Definitivamente esta madre con tan sólo semanas de vida le dejó un legado a su hija.
El amor que ella sentía en su corazón siempre estuvo presente en su alma y en sus pensamientos.
Soy una madre, no una persona enferma».
Definitivamente es una mujer que será siempre recordada por su inmenso amor, gran corazón y hermosa sonrisa.
Elisa acompañará a su hija en cada etapa de su vida, se encargó por darle todo su amor hasta su último suspiro y más allá de la vida. Comparte su emotiva historia.