La vida está llena de misterios, y aunque algunos nunca llegan a revelarse, hay otros que sí quedan al descubierto. Esta es la historia de Anthea Ring de 81 años, quien fue abandonada en el año 1937, en un arbusto de mora cuando tenía tan solo 9 meses de edad.
Después de tanto tiempo el misterio de su identidad fue resuelto gracias a las muestras de AND que los científicos encontraron en la parte posterior de un sello en una carta.
Esta mujer pasó los últimos 35 años de su vida buscando a sus padres biológicos. Un investigador rastreó a su familia y a seis hermanos en el condado de Galway, Irlanda.
Anthea fue encontrada el 26 de agosto de 1937 por una familia que la escuchó llorar en South Downs, en Sussex. Llevaba puesto un vestido color rosa y sus manos estaban atadas.
Su cuerpo presentó arañazos y múltiples picaduras de insectos. Esta familia tomó a la pequeña y de inmediato la llevó a hospital.
Pese a los llamados de advertencia y a los esfuerzos realizados a nivel nacional por parte de las autoridades para ubicar a los padres, estos nunca aparecieron. Después de 6 meses la pequeña fue adoptada.
Anthea se enteró que fue abandonada cuanto tenía 25 años y los últimos 35 años hizo todo lo posible por encontrar a sus padres biológicos y conocer su origen.
Pero realmente el único avance efectivo en la investigación se dio en el año 2012 cuando Anthea decidió hacerse una prueba de ADN y descubrió que su origen étnico era 92% irlandés con lazos familiares con Irlanda y los Estados Unidos.
Después de varios meses los investigadores descubrieron en los registros de nacimientos ilegítimos de 1936, el nacimiento de una niña de la madre soltera Lena O’Donnell. También revelaron que se casó en 1945 y tuvo cuatro hijos.
Uno de ellos se practicó un examen de ADN en el 2017, y Anthea descubrió que no sólo tenía un medio hermano, sino también la identidad de su madre.
Los investigadores creyeron que ella podría ser la hija de uno de los seis hermanos por el apellido Coyne del condado de Galway.
La hija de uno de los hermanos aceptó colaborar con la investigación y también se sometió a una prueba de ADN, y reveló que ella y Anthea eran primas hermanas, lo que significa que uno de los hermanos era su verdadero padre.
Dot, uno de los primos recién encontrados de Anthea recordó que tenía una serie de cartas en sobres originales enviadas por su tío Patrick desde Inglaterra a los Estados Unidos, y finalmente el misterio de quienes fueron los padres biológicos de Anthea había quedado resuelto.
¿Quién hubiera pensado que los sellos en las cartas desde hace décadas eran la clave para descubrir mi historia?”
Aunque su padre murió antes de poder conocerlo, ella ahora está en contacto con su familia, pero la razón que hay detrás de su abandono y porque estaba con sus manos atadas seguirá siendo un misterio.
Anthea, es una abuela que vive actualmente a Bradford-upon-Avon, y dijo que estaba feliz de saber de su familia.
Estoy encantada de haber encontrado la última pieza del rompecabezas de mi historia familiar. Ahora puedo finalmente decirles con certeza a mis hijos y a mis nietos cuáles son sus raíces y de dónde vienen”.
Para Anthea y para su familia es una celebración conocer su pasado. Es maravilloso que estén fortaleciendo el vínculo familiar que por cosas del destino les fue negado vivir. Comparte esta genial historia.