Antes de exigir a los demás que cumplan con nuestras expectativas, los valores deben vivirse primero personalmente. Por ejemplo, lo bueno de ser honesto, es que es una actitud que siembra confianza en uno mismo y en los demás. Hace que actuemos siempre dando a cada uno lo que le corresponde, incluyéndonos.
La honestidad es un valor que, si se mantiene, se convierte en una actitud, tal como lo demostró un agente del orden, ¡sí, un policía!, quien encontró un cheque de 40 millones de pesos mexicanos, equivalentes a más de dos millones dólares estadounidenses y lo devolvió.
Mientras que la mayoría de nosotros nunca en la vida veremos un cheque con tantos ceros a la derecha, Mario Hernández, miembro activo de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), encontró una verdadera fortuna e hizo lo correcto. Difícil encontrar un policía honesto, pero sí que existen.
La noticia del hecho fue reportada por la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Polanco, México. Según informaron sus portavoces, el uniformado realizaba su rutinario recorrido por la calle Tres Picos, donde vio tirado el cheque. Cuando lo levantó y vio la astronómica cifra, casi le da un infarto.
Increíblemente, el policía preservó su integridad como ciudadano al resguardar el dinero y luego dar aviso a sus superiores sobre el incidente. Además, se dedicó a realizar las investigaciones pertinentes para dar con el paradero del dueño del dinero para devolvérselo.
“Mario reportó el cheque y lo guardamos celosamente, agradecidos con él por su honradez y dedicación al servicio público”, dijeron desde el Departamento de Finanzas.
La noticia llegó como un rayo a los medios locales y a todas las plataformas digitales en Internet. Muchas fueron las personas quienes tuvieron palabras de felicitación y elogios para con el oficial.
Aunque, por supuesto, algunos dijeron que él jamás hubiera podido cobrar un cheque que no estaba girado al portador, pero, igualmente, ¿se imaginan el horror y desesperación de quien lo extravió?
“Si uno se siente terrible al perder, aunque sea un solo billete, ni imaginar cómo se sintió quien perdió este cheque. Al menos esa persona ya puede estar tranquila”, dijo, humildemente, el agente del orden, Mario Hernández.
La realidad es que, aunque no hubiese podido cobrarlo, Mario pudo quedarse con el cheque, al menos como trofeo, sin embargo, este hombre de ley hizo lo que tenía que hacer, y por eso aplaudimos su honradez.
Ser honesto es no apropiarse de lo ajeno, pero, además, ser sincero, no mentir y siempre decir la verdad, por más dura que esta sea, eso sí, siempre con respeto hacia los demás. Comparte esta aleccionadora historia de humildad y honestidad.