Todo mexicano mayor de edad que haya fallecido será potencial donador de órganos, salvo que en vida haya expresado lo contrario por escrito.
El senado de la República de México en sesión ordinaria aprobó la reforma a la Ley General de Salud donde se establece que todos los mexicanos mayores de 18 años son automáticamente donadores de órganos y tejidos tras la declaración de su muerte.
Esta reforma modifica el esquema de donación del país. Cambia el consentimiento expreso de ser donante mediante una carta ante el notario, tarjeta de donador o autorización de los familiares por la donación de consentimiento presunto o expreso.
Habrá consentimiento presunto del donante cuando no haya manifestado su negativa a que su cuerpo o componentes sean utilizados para trasplantes”.
Esta reforma busca motivar la cultura de la donación de órganos y tejidos, y reducir la lista de espera de estos pacientes, así como inhibir el tráfico ilegal de órganos.
Después de esta aprobación un ciudadano mexicano puede no ser considerado donante después de su muerte siempre y cuando haya firmado en un escrito su voluntad expresa de no querer serlo.
Esta aprobación fue sancionada en el marco de la sesión ordinaria con 75 votos a favor y 1 abstención.
Dentro de los argumentos de la minuta enviada este martes a la Cámara de Diputados se informó que para el cierre del año 2017 se registró en la lista de espera por un donante a más de 21 mil pacientes.
En caso de la que persona en vida haya manifestado su deseo de no ser donador, deberá ser demostrado por escrito en una notificación firmada.
Para conservar la privacidad de la información, el Centro Nacional de Trasplantes garantizará que ni el receptor de un trasplante o su familia conozcan la identidad del donante, ni la familia del donante conozca la identidad del receptor.
Aunque esta reforma tiene como finalidad dar más vida después de la vida, también hace referencia a un cambio no sólo de pensamiento sino de cultura general. Es de esperar que algunos ciudadanos muestren resistencia ante esta normativa.
Es importante resaltar que la persona que no desee acatar esta disposición tiene la posibilidad de tomar su decisión cuando esté en su plena facultad de discernir, dejando su voluntad por escrito con su correspondiente firma.
Lo más recomendado es que el Gobierno inicie una campaña informativa sobre el alcance de la reforma, y explicar el proceso para resguardar la identidad de ambas partes involucradas para minimizar el posible rechazo en la población.
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