Para los padres la ilusión de un bebé en camino es algo maravilloso, y cuando por alguna razón sucede algo que lo pone en peligro, la fe y esperanza los mantiene fuertes. Y eso lo demostró una pareja nigeriana, lo que vivieron estremeció a los internautas.
Cynthia Adaeze Chinule es una mujer que vive en Port Harcourt, una ciudad en Nigeria junto a su esposo; ambos estaban muy felices porque Cynthia estaba embarazada. Todo comenzó muy bien, pero cierto día cuando estaba en el tercer mes de embarazo ocurrió algo terrible en casa.
Ella presentó una hemorragia sin razón aparente, el terror se apoderó de la mujer que no sabía qué hacer y temía lo peor para su vida y la de la criatura que llevaba en su vientre. Literalmente había un gran charco rojo a su alrededor.
Desesperada, comenzó a llamar a su marido que se encontraba en la habitación y hasta ese momento no se había dado cuenta de lo que estaba ocurriendo. El hombre fue corriendo a su lado y le preguntaba qué había pasado, ella solo le decía que viera como estaba empapada y gemía repitiendo varias veces “el bebé”, pensaba que lo había perdido.
“¿Qué pasó con el bebé? Esa no es la sangre de mi hijo. Levántate y límpiate, ¿Dónde está tu fe? Deja de hablar de todos modos. No veas sangre y digas que es mi hijo. Mi hijo está bien”, le repetía el ecuánime y esperanzador padre.
El hombre tomó a su esposa y de inmediato la llevó al hospital más cercano donde los médicos realizaron una revisión completa para determinar el estado de la madre y el ser que aún estaba en su vientre. Y como dijera el esposo, no se trataba de fluido sanguíneo del bebe, la hemorragia se debió a que la placenta se había desprendido del útero.
Los médicos constataron que el bebé estaba en buenas condiciones e incluso daba señales de movimiento, pero no podían garantizar nada más puesto que temían que la placenta terminara de desprenderse por completo interrumpiendo el embarazo.
“Nuestro bebé estaba bien, fuerte y pateando y el informe del médico fue que hoy hay un latido, pero no podemos garantizar nada. No hay nada que podamos hacer. Solo miraremos y esperamos que la placenta no salga completamente con el bebé”, dijo la madre.
Sin embargo, jamás se desanimaron, todo lo contrario, sacaron fuerzas e hicieron acopio de toda su fe. Y cada día pedían en sus oraciones que su niño estuviera bien, que se sostuviera sanito dentro de ella hasta el momento en que estuviera preparado para salir, y ellos recibirlo con todo el amor que ya sentían por él o ella, aun no sabían el género.
Nunca perdieron la fe y la vida los recompensó
“Pero sabíamos qué hacer, hemos rezado, ¡oh, por este niño rezamos mucho!”, agregó Cynthia.
Y finalmente, a buen término, nació una hermosa niña que le pusieron por nombre Gloria Chingarum Adaeze Chinule. Es la alegría de la casa, y la madre decidió compartir su historia en su cuenta de Facebook, para animar a otras personas que se encuentren en situaciones difíciles y crean que ya no hay salida.
Es un milagro que puedan tenerla a su lado
Comparte esta conmovedora historia con todos tus amigos, para que no pierdan nunca la fe ante las dificultades de la vida.