«Mi niño no respira. Está muerto. ¡Algo le ha hecho mi mujer!», fue la angustiante voz de alarma de Manuel Pimienta cuando llamó a Emergencias tras encontrar a su bebé muerto en marzo de 2016, en su vivienda de El Quiñón, Seseña, en Toledo, España.
«Por Dios. Mi niño no respira. Está muerto. Mi mujer todavía respira. Corran por Dios», continuó Manuel en su llamada.
La escalofriante escena que veía ante sus ojos no le permitía mantener la paz y explicar claramente a la mujer del otro lado del teléfono lo que era evidente, pero no terminaba de aceptar.
Su niño amoratado, sin sentido, ni pulso; su mujer, echada en el suelo, consciente, pero incapaz de decir algo que tuviera coherencia.
Manuel percibió que estaba totalmente ida, como si estuviera drogada, y enseguida entendió que la madre de la razón de su vida había cometido la peor atrocidad en contra de su pequeño Daniel.
Mientras llegaba el personal del Servicio de Emergencias, Manuel siguió explicando la situación:
«Es mi niño de 18 meses, que no respira. Algo le ha hecho mi mujer…. ¡Dios mío, mi vida, mi tesoro, cariño mío!… ¡Ale, no me jodas, no me jodas!»
Aquí el audio de la escalofriante llamada de Manuel Pimienta:
Manuel aseguró que durante el fin de semana anterior al asesinato del pequeño, mantuvo una fuerte discusión con su pareja y que en los últimos meses discutían por cualquier cosa, por muy insignificante que fuera.
El hombre relata que llegó a pensar en divorciarse, pero nunca lo verbalizó en su momento. Pero no tiene duda de que Alejandra lo hubiera hecho intencionalmente, ya que habló de un momento anterior en que ya intentó suicidarse y de episodios depresivos en su vida, en los que estuvo medicada.
Sin embargo, la versión de los hechos de la ahora exmujer de Manuel, es totalmente diferente. Ella aseguró que se tumbó para echarse la siesta y cuando despertó había asfixiado al niño. Posteriormente intentó quitarse la vida y suicidarse, pero fue cuando llegó su marido.
Posteriormente, salió a la luz el informe morense tras realizar la autopsia del pequeño, y se confirmó que no se trataba de una muerte accidental, sino que la causa de la muerte era una «asfixia mecánica por sofocación», muy similar al modo en que fue asesinado Gabriel Cruz.
Alejandra fue acusada de asesinato y ha estado dos años en prisión preventiva, que terminaron precisamente pocos días atrás, según lo resolvió el Juzgado de Instrucción N° 6 de Illescas.
A pesar de que la defensa apeló a un recurso de libertad para la acusada, no prosperó; sin embargo, cuando ya se procedía a la fase del juicio oral, el mismo recurso cayó en la Instrucción 1a del Juzgado, y tan sólo un día antes en que a petición de la Fiscalía se fuera a prorrogar la prisión preventiva, se ha decretado la libertad provisional para la asesina a principios de este mes.
Una decisión que tomó a todos por sorpresa, y ante la cual Manuel Pimienta ha pedido ayuda a los medios.
Tanto la Fiscalía, como el abogado de Manuel Pimienta, acusan a la madre de asesinato y piden para ella la prisión permanente revisable.
Pero lo cierto es que la asesina de Daniel, que debería estar tras las rejas, ahora está libre. Este miércoles han salido indignados de la última audiencia y Manuel sigue sin entender cómo la Fiscalía solicita la máxima pena, prisión permanente revisable, y sin embargo la mantienen en libertad. Piden que hasta que llegue el juicio vuelva a prisión.
Alejandra Fernández, sería la primera mujer en España para la que el Ministerio Fiscal pide la prisión permanente revisable.
La mujer ha comparecido esta mañana en la Audiencia Provincial de Toledo y el fiscal jefe, Luis Ibáñez, ha solicitado que se le retire el pasaporte y la imposición de una fianza de 6.000 euros, además de que se presente semanalmente en los juzgados.
Esperemos que la justicia actúe con todo el rigor en este caso y que se haga justicia con el pequeño Daniel.
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