Después de la brutal violación y asesinato de Lucía Pérez de 16 años, Argentina se pronunció alzando de nuevo su voz con el slogan “Ni una menos” contra la violencia de género que ha acabado con la vida de muchas mujeres a manos de la violencia machista.
Recordamos el caso de Chiara Páez, una jovencita de 14 años de edad brutalmente asesinada por su novio, que enterró su cadáver en el patio trasero de su casa. Allí nació el movimiento “Ni una Menos”.
También, Marina Menegazzo y María José Coni, dos amigas que emprendieron un viaje de vacaciones sin imaginar que terminaría en una tragedia que enlutó a sus familias.
Según información del Observatorio de la Organización de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá), en lo que va de año han sido asesinadas 226 mujeres por su condición de género en Argentina. Cada 30 horas una mujer es asesinada. Se ha mantenido un promedio alarmante y la población pide justicia y apoyo del estado para acabar con esta terrible realidad.
El estremecedor caso de Lucía Pérez, asesinada el pasado 8 de octubre en Ciudad del Mar del Plata, ha conmocionado al mundo entero. Según la fiscal María Isabel Sánchez, Lucía fue violada vía vaginal y anal, además del hombre que lo hizo, fue abusada con un objeto romo que pudo ser un palo. Ella lo describió como una “agresión sexual inhumana”.
De acuerdo a los resultados de la autopsia, la causa de la muerte fue el empalamiento que motivó al contacto con el nervio vago, que comunica la garganta con el aparato digestivo. Lucía fue drogada y murió en medio de un profundo dolor que le causó un paro cardíaco ante tan horrible tortura.
Los asesinos la bañaron para eliminar rastro, la vistieron y la dejaron en las afueras de un centro hospitalario.
Su hermano escribió una carta que ha sido leída por miles personas, dice:
“Cómo era Lucía? Como el arte, como el rock, como el amor a los animales. Ahí, en cada estrofa de Viejas Locas, en cada pogo ricotero y en cada abrazo a una mascota abandonada, la van a poder encontrar siempre, sonriendo, mimando a su perro y tirando buena onda para todos lados, por las dudas.
Vivía tranquila, sin salir mucho de casa, hasta ese maldito sábado, 8 de octubre. Pasaron a buscarla cerca de las 10h cuando papá ya se había ido a su laburo. Y a las 15h, cuando mi mamá llegó de trabajar, encontró el Facebook abierto en su computadora, junto al equipo de mate, porque sí, Lucía creía que iba a volver inmediatamente a su casa… Se la llevaron engañada.
A las 18h una amiga me avisó que debíamos ir a la comisaría porque mi hermana había sufrido un accidente. Nunca podría haber imaginado lo que me esperaba. Al llegar con mi mamá, la oficial que nos atendió no sabía qué decirnos, de modo que permanecimos diez eternos minutos en la oficina del comisario hasta que nos dieron la noticia. Y se nos cayó el mundo. Pedí reconocer el cuerpo, pero se negaron. Me rehusé a irme e insistí incansablemente, hasta que pude verlo: estaba en una camilla, con los ojitos entreabiertos, como acostumbraba a dormir.
Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel, los tres sospechosos, hoy están detenidos. Pero no nos alcanza: queremos justicia en serio, que se investiguen todas las causas en las que están involucrados y que cada persona con información pueda ir a la Fiscalía para aportarla. Necesitamos apoyo, sin importar de quién, porque este caso nos compete a todos y no pertenece a ningún sector partidario: se trata de una chica, mi hermana, que murió de una forma horrenda.
Y debemos ser conscientes, sí, porque esta vez le tocó a Lucía sufrir esa bestial violencia de género, pero la próxima te puede pasar a vos, o a la persona que más amas en el mundo. Hay que tomar fuerzas y salir a las calles, para gritar todos juntos, ahora más que nunca: ‘Ni una menos’.
Solo así, evitaremos que maten a miles de Lucías más.
Y solo así podremos cerrar sus ojos, para verla descansar en paz».
También relató que le hubiera gustado ilustrar esta carta con alguna foto suya, o una riendo junto a su hermana. “O una foto suya abrazada por mis viejos. Pero no, no podemos, ni siquiera eso podemos, porque mientras intentamos procesar que la mataron y cómo la mataron, estamos obligados a procesar las amenazas de muerte que caen sobre todos nosotros”.
¡Es desgarrador! Esta familia entre el profundo dolor de tan irreparable pérdida tiene que enfrentar el temor de amenazas violentas, cuánta injusticia. El mensaje de su hermano nos llega al corazón y nos invita a seguir luchando por promover el respeto a la vida y la paz en medio de tanta injusticia y discriminación.
El pasado miércoles, llamado “miércoles negro”, hubo una manifestación masiva en la que se presentaron miles de personas vestidas de negro pidiendo justicia y exclamando que no haya “Ni una menos”. Ni siquiera la fuerte lluvia impidió que las personas desfilaran en el centro de Buenos Aires.
Y esta convocatoria se extendió en otros países de América Latina y de Europa, solicitando a las mujeres hacer una interrupción de sus labores una hora ese día en apoyo a las víctimas de la violencia de género.
El Consejo Nacional de las Mujeres presentó un plan de acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las mujeres en atención a todas las denuncias recibidas y el clamor de la población al Estado.
Confiamos en que el Estado aporte las estrategias necesarias para prevenir horribles actos como estos, no podemos rendirnos, hay que seguir alzando la voz por Lucía y por todas las víctimas que han perdido sus sueños por culpa de desalmados que no reconocen el valor del respeto por la vida. ¡Todos somos iguales!
No te vayas sin compartir este mensaje con tus amigos, unidos podemos hacer más. ¡NI UNA MENOS!